Científicos de varios países estudian en Lugo alternativas al uso de herbicidas tradicionales

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

LUGO

Los asistentes al plan de formación, visitando unos terrenos de Portomarín.
Los asistentes al plan de formación, visitando unos terrenos de Portomarín. CEDIDA

El Campus Terra ofrece formación para evitar productos como el glisofato

03 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El control sostenible de las malas hierbas se aprende en Lugo. Científicos de España y de otros siete países de Europa (Francia, Reino Unido, Suecia, Letonia, Grecia e Italia) participan en un proyecto que coordina una la Universidad Agrícola de Atenas y en el que está representado el Campus Terra por la catedrática Rosa Mosquera. La participación de esos países desembocará en la creación de redes nacionales.

Francisco Javier Rodríguez Rigueiro, ingeniero de montes que trabaja en Atenas y que participa en el proyecto, explicó este jueves que cada grupo realizaría en su país una amplia encuesta en la que intervendrían personas relacionadas de una u otra forma con el medio rural (campesinos, represententes de industrias y políticos, por ejemplo), y elaboraría además un plan para su territorio.

Las malas hierbas pueden aparecer en cualquier tipo de cuitivo: en España, por ejemplo, no son infrecuentes en los viñedos, dijo Rodríguez Rigueiro. «A clave é evitar os herbicidas», recalcó el investigador. Según los países, la forma de luchar contra las malas hierbas varía. En Inglaterra, por ejemplo, se emplea corriente eléctrica. En Grecia, en cambio, se colocan cámaras en los tractores para identificar las malas hierbas y luego eliminarlas. En otros países, por el contrario, se emplean aceites vegetales.

En la reunión celebrada esos días en Lugo, a los asistentes no solo se les dio formación teórica sino que se les llevó a varios lugares. Por un lado, se visitó terreno de una comunidad de montes de Portomarín; por otro, se acudió a las instalaciones que una empresa del sector forestal tiene en Boimorto.

Esa empresa ideó una alternativa a los herbicidas consistente en el uso de ovejas. Los animales pastan en el sotobosque, con lo que se evita el uso de herbicidas; pero además se comercializa su lana y su abono, lo que supone, dijo Rodríguez Rigueiro, un ejemplo de economía circular.

Rechazo del glisofato

Para el investigador, se trata de una cuestión preocupante por las características contaminantes de productos como el glisofato. Por otra parte, la reducción de su uso puede suponer también una disminución de costes de producción. El proyecto durará tres años, y aún quedan varios meses de formación. Tras el encuentro de estos días en Lugo, las sesiones se celebrarán a partir de ahora por vía telemática.