El bus que atraviesa Os Ancares, lleno de mayores que acuden al HULA

CANDELA F. ROLDÁN OS ANCARES / LA VOZ

LUGO

Liliana Ramos conduce el bus que lleva a los más madrugadores desde Os Ancares y hasta el HULA
Liliana Ramos conduce el bus que lleva a los más madrugadores desde Os Ancares y hasta el HULA

Una conductora guía a los más madrugadores hasta la consulta médica de Lugo: «Necesitamos más frecuencias por la mañana», dicen todos

27 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Música de fondo, mucha charla y Liliana Ramos al volante. Una coductora que conoce a sus pasajeros por nombre, apellido, origen y destino de parada. «Aquí nos conocemos todos y aprendo muchísimo con las historias que me cuentan», asegura. El autobús González de la Riva cubre la única línea de transporte diaria que lleva a gran parte de los vecinos de la comarca de Ancares a la ciudad de Lugo. 

El primer trayecto parte de Pedrafita do Cebreiro a las 09.00 y llega a la ciudad amurallada a las 10.15 horas de la mañana, pasando asimismo por As Nogais, Becerreá y Baralla.

«Este es el horario más frecuentado entre los pasajeros, porque la mayoría es gente mayor que necesita ir al HULA, que es la última parada después de la estación», asegura Liliana Ramos, una de las tres conductoras de esta línea.

Por la tarde, hay dos viajes más de ida: uno a las 15.45, y otro a las 18.15, pero reconoce que, en muchas ocasiones, va casi vacío. «Es raro que la gente se suba después de comer, porque los vecinos cogen el bus para ir al hospital o para trabajar, el resto son excepciones», dice la conductora. En el caso de sábados (a las 16.00 horas), domingos y festivos (09.00 horas), el horario se reduce a un único autobús al día, por que resulta todavía más difícil adaptarse.

Durante estos trayectos, en los que sus viajeros pasan por muchas de las aldeas más pequeñas de la geografía ancaresa, el autobús realiza casi 60 paradas hasta llegar a la capital por la carretera vieja en un vehículo de 20 plazas.

Toda una experiencia para aquellos que no conocen tanto la zona. Es el caso de María Corrales, natural de Barcelona, que cogió el bus para regresar a casa desde una aldea de Pedrafita. «Me he hecho un buen tour turístico de la montaña lucense», dice entre risas, «pero he tenido que pagar veinte euros de taxi solo para llegar a la parada, no me imagino cómo hará la gente que necesite usar el transporte todos los días y que viva un poco alejada de las paradas centrales», explica esta usuaria.

Desde que la línea recuperó la normalidad tras la pandemia, los vecinos han vuelto a subirse al bus de Ancares con asiduidad, y el vehículo se convierte casi en un lugar de encuentro social para muchos de ellos, que charlan de política, del tiempo y de muchos otros temas mientras suena de fondo música de verbena. «Casi siempre se suben las mismas personas, y yo ya les digo: ¿a donde siempre, no?», dice Liliana, que, a pesar de ser muy joven, cuenta con una amplia experiencia en esta línea.

«Mis padres trabajaron en esta línea más de 20 años y siempre me cuentan que, entonces, el autobús pasaba por las capitales de los concellos ancareses cada una o dos horas como mucho», admite.

Los vecinos piden más horarios de mañana

El problema es que ellos no se pueden hacer cargo de más servicios al día y muchos vecinos, como Alejandro Aira, reclaman más horarios de mañana. «Hoxe vou ca miña nai ó médico e a facer uns recados. Dá a casualidade de que nos coincide ca hora de consulta, pero moitas veces lévoa eu porque non hai máis opcións», afirma el cebreirego, que lleva toda la vida cogiendo esta línea para ir a Lugo. «Cando era pequeno había máis opcións, e aínda menos mal que aumentaron despois do covid, pero seguen a ser escasas para toda a xente da montaña que precisa ir ó HULA», sostiene.

También Lola Sánchez, vecina de Sobrado de Picato, en el municipio de Baralla, acostumbra a subirse en esta línea y se queja de la reducción de horarios. «Parece que no piensan en los usuarios que usamos este autobús. Es imprescindible que haya más coches que salgan por la mañana, porque la gente se sube en él para ir al médico o para ir a trabajar», asegura la barallense.

La conductora del González de la Riva afirma que, desde la compañía, intentan poner algún refuerzo cuando se queda gente fuera por exceso de usuarios. «A veces contacto con algún compañero para ver si puede recoger a la gente que se queda fuera, pero todo se retrasa claro. Me da muchísima rabia cuando tenemos que dejar a los vecinos fuera», afirma, que reconoce que ella tiene una gran vocación porque «lo llevo en la sangre», dice.

Otros de los usuarios más frecuentes de Liliana son los jóvenes barallenses que estudian el Bachillerato en Becerreá. «Entre semana, siempre se suben en el de vuelta de Lugo siete alumnos del IES de Becerreá. Desde aquí veo el panorama general de la comarca», dice Liliana.

Y es que subirse a este bus permite observar muy de cerca la demografía actual de la comarca y las necesidades básicas que quedan por cubrir en muchos núcleos de la montaña lucense.

Los vecinos de Ancares seguirán charlando a ritmo de verbena en esta línea de autobús, la última que queda en pie, siempre y cuando logren mantenerse los ya reducidos horarios.