El Banco de Alimentos de Lugo, al límite: «Pagamos 1.270 euros de luz cuando lo habitual eran 190»

Uxía Carrera Fernández
UXíA CARRERA LUGO / LA VOZ

LUGO

Amadora Núñez, responsable del Banco de Alimentos de Lugo, enseña la disparada factura de luz
Amadora Núñez, responsable del Banco de Alimentos de Lugo, enseña la disparada factura de luz REBECA

La responsable, Amadora Núñez, explicó que, junto a los 1.500 euros de alquiler, la situación es «imposible»

04 oct 2022 . Actualizado a las 17:43 h.

La subida progresiva del precio de la luz lleva a una situación crítica cada vez a más sectores. El Banco de Alimentos de Lugo, que hace una función esencial con miles de familias lucenses, no se libra. La responsable, Amadora Núñez, informó este martes de que acaban de pagar la última factura de luz de 1.270 euros: «Lo máximo que habíamos pagado antes fueron 245 euros». 

El Banco de Alimentos de Lugo se encuentra en una nave en el polígono de O Ceao en la que pagan 1.500 euros de alquiler. Núñez explica que su consumo de electricidad es mínimo, ya que cuentan con mucha luz natural. Lo que más tira de la corriente es una caja de frío para conservar parte de la comida, que tiene que estar constantemente conectada. Aun así, antes de la subida de la luz de los últimos meses recibían facturas de entre 170 o 190 euros de media. Lo máximo que tuvieron que pagar fueron 245 euros. Sin embargo, el mes pasado ya les llegó un pagó de 600 euros y en septiembre se disparó casi hasta los 1.300 euros. «Es muchísimo gasto y además no ha sido poco a poco, sino que fue de un mes a otro», denuncia Núñez. 

No solo ha subido la luz sino que los alimentos básicos que compran para hacer los paquetes para las familias también se dispararon. «Ya podemos ver todos en el supermercado que un paquete de pasta o harina subió hasta 50 céntimos», explica. El alquiler, el consumo y los alimentos suman ya unas cifras de gastos que convierten la situación del banco en «imposible». «Lo peor es no saber cuánto vamos a pagar al mes siguiente».

 Aun así, Amadora se muestra positiva y no quiere «asustar» a las familias usuarias. Confía en que el banco pueda salir adelante porque «siempre luchamos para que así sea». La solidaridad de los lucenses ha acompañado a la organización desde le inicio de la pandemia y por ello la responsable tiene claro que aparecerá quien quiera ayudarles a hacer frente a las facturas. «Me preocupa lo que pueda pasar con el Banco de Alimentos, pero más me preocupan las familias», asegura. Desde que la inflación determina la cesta de la compra, son cada vez más las personas que necesitan acudir a este servicio. Actualmente ya son unas 2.000 familias y en su mayoría de trata de núcleos con un sueldo de mil euros mensuales y varios hijos.

En cuanto a las reservas de alimentos, Núñez aclaró que este martes el reparto se desarrollará sin problema, pero necesitan donaciones si no quieren llegar a final de mes «escasos». Tienen leche o fruta, pero explica que les hace falta alimentos como pasta o harina.