¡Raaaas!

Emilio R. Pérez

LUGO

03 ago 2022 . Actualizado a las 18:05 h.

a verdad es que lo tenía con rayitas paralelas a ambos lados, pero esta vez me fui un poquito más allá. Arriesgando, vamos. Uno que es osado y temerario. Resulta que le arreé tal rasponazo al coche ayer por la mañana, que lo dejé peinao de alante atrás. En el garaje fue el desastre. Ya saben, pilar de esos de aristas afiladas de sección cuadrada y tan robusto como los de un puente de la Nacional. Me arrimé como un torero temerario y… ¡Raaaaas! Y oigan, que no fue con la columna clave de la rampa; ésa que te aguarda amenazante cuando bajas a la espera de que yerres en el giro para entrar. Nooo, qué va; fue el siguiente. Ese pilar inocuo que, salvado ya ese giro peligroso encaras confiado y lo doblas sin problema ya en tercera porque entra de por medio hasta un camión de cuatro ejes en directa y sin mirar. Eeese, ese fue el cabrón, ¿se dan cuenta?... Pues ¡Raaaas! De alante atrás. Menos mal que no andan por aquí mis hijos. ¡Pero papá, dónde tienes la cabeza!... Ahí está el problema. Hay veces que la llevas o en los pies o entre las piernas, y claro, desde ahí abajo sólo ves salpicadero y nada más.

Por 500€ me va a salir la broma. Así que en tanto no lo arreglan, cuando salgo con el coche hecho una mierda me encasqueto mis molonas Ray-Ban negras y ya está. Ya saben, mi selecto club de admiradoras. Tengo fans a tutiplé por Lugo. Se cuentan por docenas. Son legión, y sería un duro golpe a mi autoestima si me conocieran. Y un buen palo para ellas, claro.

Asomado a mi ventana aquí en el alto miro abajo, veo la entrada a mi garaje y suena el ¡Raaaas! escandaloso en mis oídos, recordando. Qué estridencia, cielo santo, y mira que estoy sordo de carajo.