Hernán Pérez es un entrenador joven, de apenas 40 años y con experiencia en Segunda B, así como una temporada reciente en el tercer equipo del Real Madrid, es decir, su Juvenil A, con el que conquistó la Copa del Rey este pasado abril precisamente en Lugo. Ganó 5-0 en semifinales al Betis y remontó 1-2 en la final al Espanyol. Su dibujo táctico principal fue una defensa de cuatro con tres medios, un mediapunta y dos delanteros. En esos dos partidos, intentó dominar a través del balón y con verticalidad. Buscaba también desplazamientos en largo por las virtudes del central zurdo Marvel Antolín. Un equipo con dos delanteros referenciales, especialmente Lorenzo Sánchez. Como trequartista, el talento y la movilidad de Manuel Ángel Morán. Cierto es que el seguramente mejor club del mundo y una categoría juvenil implican un mayor talento con balón que otras categorías sénior desde el punto de vista proporcional. En la Youth League, fue eliminado en casa por el Atlético de Madrid en octavos de final (2-3) y también terminó segundo del Grupo V de División de Honor también por detrás del Atlético.
Con el Langreo, terminó noveno en la Segunda B 2018-2019 con un esquema habitual de 4-2-3-1. La siguiente temporada entrenó a un clásico como el Barakaldo, donde apostó por un 4-3-3 en la primera vuelta para, ya en la segunda, reforzar el mediocampo y cambiar a un 4-3-2-1. Cuando llegó la pandemia, encadenaba cinco jornadas sin perder.
Su mayor éxito, seguramente, fue con Unionistas en la Segunda B 2020-2021. En una liga de solo 18 jornadas, terminó segundo del Grupo I de Segunda B solo por detrás del Celta B y, tras la segunda fase con seis jornadas más, finalizó cuarto en el Grupo C. Los salmantinos se clasificaron para la Primera RFEF. En Unionistas optó por dos esquemas habituales: 4-4-2 y 4-3-3. Un equipo más directo en casa que como visitante.
Sus equipos son ordenados, con prioridad defensiva y cierto juego asociativo en campo contrario, pero siempre priorizando las transiciones y la verticalidad. Un entrenador relativamente ecléctico. En cuanto al lenguaje gestual, mucho más participativo en los encuentros en su última etapa en el Real Madrid que en temporadas previas en Segunda B. Destaca también por su lectura y comprensión de los partidos. Un perfil joven, inexperto en Segunda. Un técnico que se adapta al perfil del futbolista. Viene de un año lejos del fútbol sénior.
Le acompañan Clemente Sánchez como segundo entrenador y Adrià Díaz Valverde como analista. Sánchez fue entrenador del Lealtad en estas últimas tres temporadas, mientras que Díaz trabajó en la base del Fútbol Club Barcelona entre 2015 y 2019.