Éxodo al rural: «La gente está decidida a comprar una casa para cambiar de vida»

María Guntín
María Guntín LUGO / LA VOZ

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En Lugo aumentó la compra de viviendas para rehabilitar, como las de la imagen
En Lugo aumentó la compra de viviendas para rehabilitar, como las de la imagen Carlos Castro

A pesar de que el coste para restaurar una casa ha subido un 35 %, las inmobiliarias constatan un gran interés: «Lugo es la provincia más barata para comprar; a veces cerramos la compra por Internet y sin que la vean»

04 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Vivir en el campo está de moda. Algunas voces aseguran que la tendencia ha llegado para quedarse; otras, precisan con segundas que la vida rural no es apta para todo el mundo, y recuerdan que una decisión así requiere de una meditación previa. Sin embargo, lo que sí constatan las inmobiliarias especializadas en ofrecer este tipo de propiedades es que cada vez hay más «movimiento» en lo referente a la compra-venta de propiedades rurales. Así lo explica Rosi Costoya, al frente de Galician Country Homes desde el año 2005. «Estamos en un momento en el que el sector acapara más atención, una tendencia que vemos desde que empezó la pandemia de coronavirus», explica la experta.

¿Y cuál es la motivación de aquellos que invierten en comprar propiedades en el campo? «Huir del bullicio, y eso es algo que si lo buscas, lo encuentras siempre en la naturaleza«, precisa Costoya, que también recalca que su empresa siempre «llamó mucho la atención por su singularidad».

Con la pandemia de covid-19 en un segundo plano, los compradores están cada vez más decididos a buscar la forma de pasar más tiempo en el campo: «Las personas que vienen a ver propiedades tienen una clara intención de cambiar seriamente su vida; antes podía tratarse más de un sueño, una curiosidad o una idea bucólica que les rondaba. Ahora, hay decisión», cuentan desde Galician Country.

En cuanto a la subida de los precios motivados por el aumento de la demanda de propiedades en el rural, Rosi Costoya tiene claro que hay una dualidad: «Hay propietarios que ven el movimiento que hay y quieren subir los precios, pero debemos tener en cuenta que estamos en una crisis brutal y que los costes de restarurar casas se han encarecido un 35 %. Por lo tanto, el precio ha subido de manera innata, y nosotros tratamos de decirle a la gente que no es cuestión de subir más».

«Las personas que vienen a ver propiedades tienen una clara intención de cambiar seriamente su vida; antes podía tratarse más de un sueño, una curiosidad o una idea bucólica que les rondaba. Ahora, hay decisión»

Asimismo, la idea de que una vida en el rural no está al alcance de todo el mundo queda ya lejos de la realidad y las inmobiliarias explican que cada vez son más las parejas jóvenes y mileuristas que se pueden hacer con una compra. «Nosotros tenemos propiedades para todos los públicos y hemos formalizado ventas por pocos miles de euros. Lo que tratamos es de ayudar a la gente, para que así pueda encontrar la manera de acceder a una compra de un modo u otro. Se trata de un compromiso serio para facilitar que se puedan adquirir propiedades en las aldeas».

Sobre el boom de la venta de aldeas, muchas veces compradas por extranjeros que quieren emprender con diversos negocios, Costoya quiere puntualizar que, en su empresa, están negociando varias ahora mismo: «Son más bien conjuntos de casas, que además cuentan con varias propiedades anexas», precisa.

Elvira Fafián, de Aldeas Abandonadas: «Estamos vendiendo aldeas de dos en dos»

Que los precios de las propiedades rurales suben lo constata también Elvira Fafián desde la inmobiliaria Aldeas Abandonadas. Asentada en Barcelona, explica que aterrizará próximamente en Galicia, su tierra natal. Ayudar a la gente a volver a la aldea para que vuelva a tener la vida de antaño es su filosofía, «pero antes todo era bastante desconocido, comprar una era algo raro», explica.

Hace 15 años, Fafián cerraba la compra de aldeas por entre 10 y 12.000 euros. «Se trataba de un negocio cerrado, vendíamos a gente que solo iba al campo en verano, pero que vivía en grandes ciudades», explica. Sin embargo, el perfil de interesados ha cambiado radicalmente en la última década. »Ahora estamos vendiendo aldeas de cuatro o cinco casas porque los compradores quieren tener sitio para que vaya la familia; es la vuelta a los tiempos de antes», añade la experta.

Un nicho de mercado que empezó con los gallegos retornados

Ese apego a la terriña que motivaba antes a los que invertían sus ahorros en una propiedad rural se ha transformado también en extranjeros que buscan explotar negocios. «Antes no se vendían aldeas enteras, nadie las compraba. Ese nicho empezó con gallegos retornados, después hubo un repunte a nivel nacional y los inmuebles más especiales empezaron a darse a conocer, de ahí que los precios hayan subido consecutivamente en los últimos tiempos», cuentan desde Aldeas Abandonadas.

Esta inmobiliaria especializada ofrece también exclusivas propiedades que rondan los dos millones de euros, «y tenemos una en Galicia valorada entre 40 y 50 millones. Desde mansiones a pazos y pasando por explotaciones ganaderas, hay muchas reliquias y Lugo es la provincia más barata en la que invertir». Sin embargo, Fafián recalca que también ofrece propiedades para todos los bolsillos.

Más venta de herencias

En el boom rural también hay que destacar el aumento de la venta de herencias, con propiedades que estuvieron paralizadas durante varios años y que ahora han recobrado un nuevo valor. «Hay alcaldes que nos llaman y nos dan las gracias por llevar a la gente de vuelta», explica Elvira. 

El volumen de ventas varía mes a mes. En mayo, Aldeas abandonadas cerró la venta de cinco aldeas en Galicia. Dos de ellas, en Lugo: «Es una provincia en la que hay muchas propiedades y tierra».

«Hay alcaldes que nos llaman y nos dan las gracias por llevar a la gente de vuelta»

Lo más complejo en este tipo de operaciones es escriturar, «a veces tardamos un año en firmar, pero lo que está claro, es que las aldeas están teniendo una segunda oportunidad, por eso es importante que las personas decididas a comprar tengan un buen asesoramiento, para conocer bien las posibilidades de la propiedad». Y esto forma parte del trabajo de Elvira Fafián, que también asegura que, gracias a la confianza que se genera, en su inmobiliaria cierran compras de aldeas de manera online, sin que los nuevos propietarios visiten personalmente la aldea antes de cerrar la operación.