Los artistas Paulo Pascual y Biyi Amez guiarán un taller, seguido de una actuación musical, este viernes en la Casa da Música
28 abr 2022 . Actualizado a las 21:52 h.De las manos los artistas Paulo Pascual y Biyi Amez, como por arte de magia, van brotando notas musicales. De lo que semejan caricias en el aire surgen melodías, como por arte de magia. Pero no hay magia detrás de la actuación, sino ciencia: la que permitió la invención del theremín en 1919. Este instrumento centenario, el primero electrónico de la historia y el único del mundo que se toca sin ser tocado, protagonizará un taller y doble concierto este viernes a las 19.00 horas en la Casa da Música de Lugo, organizado por Trasnosound y Xuventude, para difundir esta joya de la historia de la música.
Pero, ¿qué es el theremín? Básicamente, una caja de madera, dentro de la cual hay un circuito electrónico con dos osciladores. Fuera, tiene dos antenas, mediante las que se controlan, acercando o alejando las manos, la frecuencia o tono, el volumen y la separación entre notas o silencio. Se basa en las ondas de radio, y funciona mediante electromagnetismo: «Las notas están en el aire, solo tenemos que buscarlas, ahí radica la dificultad. Pero es como cuando silbamos, no tenemos unas teclas dentro con las notas, pero conseguimos sacarlas», apunta el mallorquín Biyi Amez, que está incluido en el listado de la treintena de profesionales del theremín que hay en el mundo. A pesar de no tener teclas para las notas, quienes tienen destreza con el theremín son capaces de reproducir partituras de todo tipo: desde música clásica a música electrónica, pasando por el jazz o la experimental.
El origen de este instrumento tan desconocido como fascinante se remonta a principios del siglo XX. Fue en 1919 cuando el científico ruso Leon Theremin lo inventó, y lo patentó un año después. Un descubrimiento al que suman inventos tan importantes como el detector de metales o el micrófono espía, también por parte de Theremin. Sin embargo, fue la violinista Clara Rockmore, de Lituania, quien fue vital en su progreso y quien desarrolló la técnica para tocarlo e interpretó todo tipo de piezas, incluidos clásicos, como Bach.
El sonido y la técnica del theremín causaron sensación, según explica Biyi Amez, aunque pocos dominaban su manejo. «Los americanos cogieron el theremín para el cine, porque era un sonido nuevo», señala. De ahí que su presencia fuera habitual en las bandas sonoras de películas de ciencia ficción y en las de terror, como en las de Alfred Hitchcock. Pero también lo emplearon músicos como Led Zeppelin. E incluso Lenin aprendió a tocar el theremín.
Ciencia, música y poesía
Por otro lado, Trasnosound está gestionando la celebración en Lugo de los espectáculos de Blacknoise Producciones, también de Biyi Amez, que difunden ciencia, música y poesía. Se trata de explicar al público (hay espectáculos para adultos y para niños) la creación del universo y su historia desde el Big Bang hasta nuestros días, mediante videoproyecciones, música en directo y una narración a cargo de un biólogo y astrónomo. «Hace doce años que llevamos a cabo estos espectáculos y tienen mucho éxito, es una buena manera de acercar a la gente la música y la ciencia», apunta Biyi Amez.
