Una familia ucraniana de Lugo: «Nuestros amigos y familiares tienen mucho miedo, se despertaron con el ruido de los disparos»

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

LUGO

Olga, Aleksandra y Oleksandr Kostenko, una familia ucraniana, en su piso de Lugo.
Olga, Aleksandra y Oleksandr Kostenko, una familia ucraniana, en su piso de Lugo. Carlos Castro

Olga, Aleksandra y Oleksandr se encuentran al borde de la deportación a Ucrania por un trámite burocrático, y temen volver a un país «que los rusos quieren todo para ellos»

24 feb 2022 . Actualizado a las 14:03 h.

Aleksandra, Olga y Oleksandr Kostenko llegaron a Lugo en el año 2018. Son una familia de ucranianos, que huyeron de su país hace más de tres años por la persecución que sufría el padre, motivada por su posicionamiento político, contrario a la influencia prorrusa en la zona del Donetsk, de donde son originarios. Ahora, se encuentran en una complicada situación, al borde de la deportación, que les enviaría de vuelta a su país, que actualmente se encuentra en pleno arranque de una cruenta guerra con Rusia

Sin embargo, parece que la posible expulsión de España no es lo que más les preocupa en la actualidad. «Esta noche no pudimos dormir hasta la madrugada, porque estábamos pegados a la televisión y al teléfono, viendo cómo empezaba la guerra y preguntándoles a nuestros familiares y amigos cómo están». Son palabras de Olga, la madre, que se emociona contando la situación en la que se encuentran sus allegados, que todavía residen en una de las zonas donde la violencia está a la orden del día.

«Vivimos allí hasta hace escasos tres años, así que conocemos a muchísima gente que todavía está allí. Esta mañana muchos se despertaron con el sonido de los disparos y explosiones. El Donetsk es una de las zonas por las que han entrado los rusos», cuenta Olga.

Incide en que es difícil comunicarse, por ejemplo, con la hija de su marido, fruto de una relación anterior del hombre, ya que «apenas hay Internet y la cobertura es muy mala». Afirma que, por el momento, todos sus conocidos están bien, pero temen que la escalada de la violencia acabe afectando a inocentes. «Esperábamos que acabase pasando esto, porque es una zona en la que hay mucha tensión desde el año 2014, pero aún así nos parece increíble todo esto», confiesa Kostenko.

Difícil convivencia desde el año 2014

 La presencia de tropas rusas en la zona es la norma en aquella zona, y Olga afirma que ellos ya se «esperaban algo así», porque «los rusos siempre actúan igual, y la estrategia que tienen ya la llevamos años conociendo».

Dice la ucraniana que su región era una zona muy inestable desde el año 2014, cuando los rusos hicieron sus primeras inmersiones en el territorio después del Euromaidán, la anexión de la península de Crimea y la violencia interna que existía en la zona del Donbás. «Era una zona donde vivir era muy difícil dentro de una Ucrania desmembrada, pero ahora es diferente, porque son los rusos quienes dicen que nuestro país es inventado y lo quieren para ellos». Critica duramente a Vladimir Putin, líder de los rusos, de quien dice que «quiere ser un rey, un zar», y que está poniendo en peligro a toda la «gente que vive en los 2.000 kilómetros de frontera que hay entre Ucrania y Rusia». 

Antes del 2014, la convivencia entre ucros y rusos, muy presentes en la zona, era «buena», pero ahora se ha vuelto «insoportable». «Los rusos creen que Ucrania es suya y la quieren para ellos, no le encuentro otra explicación», afirma. Termina comentando que, a pesar de estar a salvo, en su casa sufren mucho esta situación: «Mi marido está muy nervioso y preocupado, y mi hija estuvo llorando viendo las imágenes de los bombardeos».

Con respecto a su situación familiar, afirma que han pedido la nacionalidad española para su hija Aleksandra. Es un último intento para no ser expulsados de vuelta a un país sobre el que, ahora mismo, el mundo tiene sus ojos puestos.