Gerardo y su perra Lisa siguen viviendo en las calles de Lugo: «Me faltan muchas cosas, ojalá encontrar un trabajo»

María Guntín
María Guntín LUGO / LA VOZ

LUGO

Gerardo, con su perra lisa, en unos soportales de la ciudad de Lugo en los que duerme
Gerardo, con su perra lisa, en unos soportales de la ciudad de Lugo en los que duerme OSCAR CELA

El alemán vive en España desde 1993, y aunque trabajó como temporero en el sur, la pandemia de coronavirus lo dejó sin empleo

19 feb 2022 . Actualizado a las 19:32 h.

Dos años sin tener un hogar, viviendo en la calle: «Me faltan muchas cosas, pero no paso frío, y estoy con Lisa Simpson, que es mi persona número uno». Así empieza la conversación con Gerardo, un alemán que cumplió esta semana 51 años y que perdió su empleo cuando empezó la pandemia de coronavirus. «Llegó el Estado de Alarma y solo pude pagar mi habitación dos meses, por lo que me echaron en plena pandemia», explica este trotamundos, que siempre está acompañado de su perra Lisa Simpson. «La encontré atada a un pozo en Zamora, estaba llorando y no podía levantarse. Desde entonces, es mi sombra», añade.

Gerardo vive en España desde 1993 y estuvo trabajando 26 años como temporero en diversas localidades del sur: «Recogí aceitunas, limones... lo malo es que cobraba en negro y no me hacían ni contrato», cuenta el alemán, que llegó al norte haciendo el Camino de Santiago y desde entonces tuvo claro que quería establecerse en Lugo. Ahora, espera poder ir pronto a Vigo para renovar su pasaporte, regularizar su situación y encontrar un trabajo estable, que le permita además hacer frente a un alquiler: «Voy a ir en tren, porque así puedo llevar a Lisa, ya que tampoco tengo donde dejarla. Quiero esperar unos días para ahorrar y no tener que ponerme a pedir en las calles de Vigo», cuenta el hombre.

Su perra es todo efusividad y amor. Tanto, que en un achuchón le rompió las gafas a Gerardo: «Está mejor que yo, la verdad», dice. Sin embargo, ninguno de los dos pudo dormir bajo techo porque tener un animal es, para muchos albergues y pensiones, un gran inconveniente.

Gestos de solidaridad

La historia de Gerardo ya salió a la luz en La Voz hace unas semanas y fueron muchas las muestras de cariño que recibió desde entonces. Una de ellas la protagonizó Manu Barreiro, jugador del CD Lugo que decidió regalarle una mochila para que el alemán pudiese llevar consigo todas sus cosas. «Me invitó a ver un partido, pero no tengo con quien dejar a la perra», lamenta Gerardo, que es un gran aficionado del fútbol.

Pero más allá de los gestos que tanto agradece, necesita un trabajo. «Acepto cualquier cosa, pero lo que mejor se me da es pintar. Además, mi sueño sería poder trabajar en algún pueblo que esté en pleno Camino de Santiago, puesto que hice la peregrinación 14 veces, y me encanta», sostiene. Con su ansiado empleo podría alquilar una vivienda: «No necesito ni una casa, me llega un pequeño estudio con un sofá cama para descansar con Lisa después del curro», sentencia.

Otra historia similar, pero con final feliz

José Manuel Solano y su perro Chico estuvieron dos meses viviendo en las calles de Lugo. Sin embargo, su historia salió a la luz y la solidaridad de los lucenses les permitió dormir bajo techo en un piso de Os Ancares. «Estoy en una nube, no me lo creo», explicaba estos días José Manuel. Ahora, espera que Gerardo corra la misma suerte y pueda al fin dormir en una cama con su perrita Lisa.