La escuela lucense que lleva medio siglo enseñando artes desde San Fiz

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo LUGO / LA VOZ

LUGO

Más de 4.600 alumnos han pasado por la Ramón Falcón, cuyo germen se remonta a hace 140 años

28 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La Escola de Arte e Superior de Deseño Ramón Falcón es probablemente la gran desconocida de Lugo a pesar de que forma parte de la ciudad desde 1883. Fue en ese año cuando la Diputación creó la escuela de artes y oficios bajo el mecenazgo de José Bolaño Rivadeneira, un jurista que había dispuesto un legado de 6.000 pesetas de renta anual para su puesta en funcionamiento y su mantenimiento.

Pero Rivadeneira no fue el único impulsor que apostó por el centro. Casi un siglo más tarde, en 1969, Ramón Falcón, por entonces jefe de la sección de enseñanza y fomento de las bellas artes, firmó el decreto de creación de una escuela estatal de artes aplicadas y oficios artísticos para la ciudad amurallada. Su finalidad era conservar y acrecentar el cultivo de las artes en Galicia, y para ello contó con el respaldo económico de la Diputación y el Concello, que aportaron sumas importantes para crear un nuevo edificio, inaugurado por los reyes en 1976. Se trata de la sede que hoy ocupa la Ramón Falcón, y que ha celebrado bajo la pandemia su medio siglo de existencia convertido en una escuela de arte y superior de diseño en laque se imparten tanto ciclos formativos como grados de diseño.

Durante su medio siglo de vida, por el edificio de San Fiz, con sus 5.000 metros construidos y sus 12.000 de parcela, han pasado más de 4.600 alumnos formándose en diferentes especialidades. Hoy en día se imparten cuatro ciclos formativos y dos enseñanzas superiores que equivalen a grados universitarios. En formación profesional tienen el grado medio de Serigrafía Artística y los superiores de Grabado, Fotografía y Cerámica Artística. Se da la circunstancia de que en toda Galicia son los únicos que tienen la formación completa de cerámica y serigrafía. A mayores, se imparte Diseño de Interiores y Diseño Gráfico, enseñanzas de nivel grado, como las universitarias.

Una de las clases de serigrafía
Una de las clases de serigrafía OSCAR CELA

Fomento de la creatividad

Nada más cruzar las puertas del cincuentón edificio de San Fiz, uno percibe que es especial. No solo por su particular construcción, en donde las aulas giran en torno a pasillos exteriores ajardinados, sino también por el ambiente creativo que impregna cada palmo. En la Ramón Falcón se premia y se potencia la imaginación, la experimentación y el atreverse a ir un paso más allá a nivel creativo.

Para acceder a sus enseñanzas los alumnos han de pasar una prueba de acceso y desde hace tiempo hay formaciones, como Deseño Gráfico o Cerámica, en las que la demanda supera la oferta de plazas.

En el interior de las aulas las ideas preconcebidas no sirven de nada. El perfil de los alumnos es de lo más variado. Hay desde estudiantes muy jovencitos que están encontrando su camino en la Ramón Falcón a profesionales que dedican su tiempo libre a zambullirse en algo que les gusta. Quizás en esa variedad reside la riqueza y la magia del centro.

El microclima que se genera en las aulas es revelador. Quizás por el número reducido de alumnos (comienzan un máximo de 20), o quizás por el tipo de estudios. El caso es que, más allá de las clases teóricas, lo que se observa es una máquina perfectamente engrasada en la que ningún alumno está parado. En el taller de cerámica, por ejemplo, mientras suena de fondo una melodía armoniosa, cada estudiante trabaja en su proyecto. Hay intercambio de ideas, la supervisión del profesor y un aura creativa que lo sobrevuela todo.

Con el 2022 al caer y con la expectativa de que la Xunta haga una importante inversión en el centro para mejorar su eficiencia energética, el próximo año la Ramón Falcón celebrará (si el covid lo permite) los 50 años de su sede, aunque sea con un poco de retraso a causa de la pandemia.

Una de las aulas de la Ramón Falcón
Una de las aulas de la Ramón Falcón OSCAR CELA

Una tasa elevada de inserción laboral y varios premiados

Clase tras clase, los alumnos aprenden los fundamentos de las asignaturas tanto a nivel teórico como técnico, experimentan con ellos y prueban a llevar sus límites imaginativos cada vez un poco más allá. Y todo, sin olvidarse de que están al amparo de un centro de estudios del que saldrán con un título bajo el brazo y con capacitación suficiente para encarar el tan temido mercado laboral. Un mercado laboral en el que, según explica Ramón Cabarcos, director del centro, los alumnos tienen una elevada tasa de inserción laboral. Y también de premios.

El campeón de España de grafiti, Diego As, estudió Serigrafía, Grabado e inició el grado de Diseño, mientras que María Esther López, todavía alumna del centro, fue premio extraordinario 2021 de enseñanzas artísticas profesionales en Artes Plásticas y Diseño en Galicia, en la especialidad de Fotografía.

Alumnos con premios

Al igual que Diego As, muchos otros alumnos de la Ramón Falcón han apostado por realizar varias formaciones en el centro con vistas a alcanzar una versatilidad que les ayude a encauzarse laboralmente. Quizás el buen ambiente que domina el lugar también ayuda.