Pegado a la carretera se habilitará un desvío que ya se está construyendo
18 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El pasado 8 de noviembre comenzaron las obras para ampliar el paso subterráneo que cruza la nacional 6 entre la Volta da Viña y el Pazo de Feiras, en el barrio lucense de San Lázaro. Para poder efectuar los trabajos, será necesario cortar durante varios meses la carretera a la altura del punto kilométrico 501, por lo que se está construyendo un desvío paralelo en el margen izquierdo, sentido A Coruña. De esa manera, los cerca de 25.000 vehículos que circulan por la vía a diario, podrán seguir haciéndolo mientras se corta la Nacional.
Es precisamente en construir ese desvío en lo que se afanan los operarios estos días. Se está ejecutando un terraplén provisional para el tramo alternativo a la vez que se entierran las instalaciones de Telefónica, Begasa, R y Correos.
El movimiento de tierras en la zona es importante. Sobre él se habilitará el desvío, que tendrá unas dimensiones similares a las de la propia carretera. Constará de dos carriles de 3,50 metros de anchura y arcenes de 1,5 metros que permitirán una circulación fluida.
Una vez que esté listo el desvío, se pasará a la siguiente fase de la obra, que es la demolición del actual paso subterráneo para erigir la nueva estructura. El gobierno de Lara Méndez, que destina 865.000 euros a la intervención (el 80 % procede de fondos Dusi), todavía no maneja la fecha exacta en la que se cortará la Nacional y se desviará el tráfico, pero avanzan que será después de Navidades.
La previsión es que el corte de la carretera se prolongue durante unos dos meses y medio. Una vez finalicen los trabajos y se restablezca el tráfico por la nacional 6, se quitará el terraplén y se repondrá la situación original.
¿Cómo cambiará el paso?
El paso subterráneo bajo la nacional 6, que estará abierto a peatones y bicicletas, experimentará un cambio radical. Pasará de una anchura de 4,5 metros a ocho, y su altura se duplicará, aumentando de los dos actuales en los extremos, a los 5,3 que tendrá en cuanto finalice la obra.
El nuevo paso subterráneo mejorará también su imagen, puesto que contará con una iluminación cuidada y con perspectiva de género, y la senda peatonal que conduce a él también se mejorará. El camino que conecta la explanada hasta el hostal San Lázaro, con unión a la Calzada da Ponte, se mejorará. Se pavimentará con una capa de zahorra de veinte centímetros sobre la que irá un pavimento drenante de otros cinco apto para peatones, ciclistas y el paso de algún vehículo, ocasionalmente.
El paseo tendrá 335 metros de largo y su anchura será de dos metros. En la zona del terraplén junto a la carretera se levantará un muro de medio metro de ancho en el lado derecho que se revestirá en piedra para integrarlo con el entorno.
Toda la iluminación de la zona se hará con LEDS de 50 W sobre báculos de cuatro metros. El interior del paso se iluminará con dos proyectores en disposición cenital centrada con una distancia de seis metros para que la iluminación sea homogénea.
