La joven a la que arrojaron desde la Muralla de Lugo podría haber sido drogada antes de la supuesta agresión

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

LUGO

Lugar al que cayó una joven trans desde la Muralla de Lugo, presuntamente empujada por un hombre
Lugar al que cayó una joven trans desde la Muralla de Lugo, presuntamente empujada por un hombre Óscar Cela

La víctima le explicó a la jueza que la última persona con la que recuerda haber estado es el único sospechoso, pero varias lagunas en su memoria impidieron que ella pudiera identificarlo como la persona que la empujó

29 nov 2021 . Actualizado a las 23:24 h.

Como estaba previsto, la declaración de la joven trans a la que presuntamente arrojaron desde la Muralla de Lugo ayudó a esclarecer los hechos que la llevaron a pasar 27 días en el hospital. Sin embargo, su relato, lleno de lagunas por su falta de memoria, no fue suficiente para que la magistrada ordenase la detención del único sospechoso, que ya había sido arrestado apenas cuatro días después del suceso

Y es que la joven permanece en un estado delicado, tanto física como psicológicamente. Fuentes de la investigación anticipan que sus secuelas podrían incluso llegar a ser crónicas, sobre todo las lesiones que presenta en su espalda y en una de sus piernas. A nivel mental, la joven está muy afectada por el suceso

Ahora, es el turno de la jueza Sandra Piñeiro, titular del Juzgado de Instrucción Número 2 de Lugo, la encargada del caso. Ella será la responsable de aceptar y llevar a cabo las diligencias de investigación que ella considere, varias de ellas solicitadas por la defensa del sospechoso y por la representante de la víctima. Una de ellas, y que no había trascendido todavía, es la sospecha de que la joven podría haber sido drogada antes de haber caído de la Muralla.

Esta será una de las partes clave de la investigación. Fuentes cercanas al caso confirman que será una de las diligencias que se solicitarán, con el fin de aclarar si la joven acudió a la Muralla de forma voluntaria o si se encontraba bajo sumisión química.

También serán claves dos pruebas más. Una de ellas, la que fuentes policiales y judiciales consideran vital para la resolución del proceso, es el rastreo de los teléfonos móviles de la víctima y del presunto autor del empujón. Si se prueba que ambos estaban en la Muralla a la supuesta hora en la que se produjeron los hechos, el cerco se podría estrechar en gran medida sobre el único sospechoso, un joven de 24 años, residente en Lugo, y que fue detenido el pasado 2 de noviembre.

Según confirmó el propio Tribunal Superior de Xustiza de Galicia en un comunicado, sigue figurando como principal investigado en la causa, y se le podrían imputar delitos de tentativa de homicidio, lesiones y omisión del deber de socorro.

También será importante conocer el contenido de las cámaras situadas en los establecimientos de la zona centro de Lugo. Si las imágenes ubican a ambos subiendo a la Muralla a la vez, el caso cogería un rumbo muy definido. 

En cuanto a la declaración de la joven ante la jueza, fuentes de la investigación explican que su relato fue fluido y coherente, pero que la gran presencia de lagunas en su testimonio con respecto a la noche de los hechos impidió reconstruir aquellas horas con claridad. Este fue el principal motivo por el que, a pesar de que la joven afirmó que lo último que recuerda es estar con el sospechoso en la zona de los vinos de Lugo, no se pudo ordenar la detención del presunto autor.

Esta es, precisamente, la última imagen clara que la joven tiene del día de los hechos. Ante la jueza, con la que habló por videoconferencia, la supuesta víctima confirmó que había conocido al joven esa misma noche y que había tomado algo con él en el centro de Lugo. Después de eso, el vacío. Recuerda que la última persona con la que estuvo era este joven, pero su memoria no se vuelve a aclarar hasta que se encontraba ya en el patio interior de uno de los edificios cercanos a la Porta de San Fernando, tras haberse precipitado desde 12 metros de altura. 

El caso, a pesar de la declaración de la joven, sigue lleno de incógnitas. Fuentes cercanas confirman que se tratará de un proceso largo, y que todas las partes tienen la intención de que el asunto se investigue a fondo. No existen más sospechosos que el joven que ya fue detenido hace casi un mes y que quedó en libertad con cargos.

El componente de odio será una de las principales dudas a las que la jueza se enfrentará en el proceso. La familia y la persona que representa legalmente a la joven parecen tener claro que, de haberse producido la agresión, esta tendría un componente tránsfobo. Se basan en una de las guías publicadas por la Fiscalía General del Estado, que señala a la «gratuidad» de la supuesta agresión como uno de los indicadores más potentes para señalar que un delito así se habría cometido con una motivación tránsfoba.

La jueza, además de tomar declaración a la joven, interrogó a uno de los pocos testigos que vieron a los implicados juntos esa noche. Se trata del camarero del último bar del casco histórico en el que estuvieron. Otra de las personas que tendrán que declarar ante la jueza es el hombre que encontró a la joven herida en el patio interior, y que alertó a la policía. 

Con esta declaración, todas las partes descartaron la ya poco probable causa accidental. Por lo tanto, el caso se encamina ahora a una larga fase de diligencias, en las que los responsables de la investigación tendrán que dar respuesta a tres preguntas clave: ¿Estaba la joven bajo sumisión química? ¿Subieron víctima y presunto agresor juntos a la Muralla? ¿Se encontraban en el punto en el que se produjo la caída a la misma hora?