Miguel Ángel Ortega: «A partir de enero podremos enseñar el verdadero proyecto del Ensino»

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

El técnico del Durán Maquinaria Ensino capea resignado una situación con las lesiones «insólita» en su larga carrera

08 nov 2021 . Actualizado a las 20:14 h.

Escucharlo es una delicia. Su discurso es pausado, de fácil compresión y lleno de contenido, muy acorde para alguien con un currículo cargado de éxitos y más de media vida entregado al mundo de la canasta. Miguel Ángel Ortega (Hospitalet, 1962) estira en el Durán Maquinaria Ensino una larga carrera como profesional de los banquillos con la ilusión «de siempre» y afrontando situaciones «insólitas» con las lesiones que maneja con resignación, sin perder la calma. El preparador catalán, afincado en Galicia desde principios de los 80 cuando el servicio militar le llevó primero a Figueirido y después a A Coruña, atiende a La Voz en el Pazo al término de una sesión de entrenamiento en pleno descanso de las competiciones.

—Bendito parón. Dudo que hubiera un equipo que lo necesitara tanto como el suyo.

—Lo agradecemos mucho. Confío en recuperar a alguna jugadora para cuando se reanude la liga, aunque, desgraciadamente, vamos a perder a otra. Helena Oma tiene que parar un mes para ser tratada de sus problemas.

—Lo del Ensino con las lesiones es el colmo de la mala suerte.

—Está siendo un año de contínuas adversidades. Teníamos muchas ilusiones depositadas en este proyecto, el del estreno en la Eurocup, pero con tanto contratiempo es difícil. Las cosas ya empezaron a torcerse al principio con esa lesión de Tamara Abalde que era más seria de lo que se pensaba. Luego llegaron las siguientes; la de Alba, la de Orsili, la de María... En el partido que jugamos aquí contra Gran Canaria ya solo contábamos con seis jugadoras y se lesionó Van den Adel. Y, curiosamente, ese mismo día mi mujer se rompió el tendón de Aquiles jugando un partido con las amigas. Que yo me decía: ‘déjame repasar a ver qué he hecho mal estos meses’. Como tú bien has dicho, el colmo de la mala suerte.

—Orsili y Alba Prieto ya se han recuperado. Ahora faltan Tamara Abalde, Van den Adel y María Eraunzetamurgil. Se sabe que Abalde no reaparecerá hasta principios del 2022, ¿y las otras?

—Van de Adel quizás pueda estar después de este parón, mientras que María tardará un poco más, posiblemente el mismo tiempo que Tamara. A partir de enero es cuando podremos enseñar el verdadero proyecto del club, el que se quiso montar con toda la ilusión.

—El club tuvo un comportamiento ejemplar con Abalde, ¿no cree?

—Absolutamente. Lo habitual en estos casos es la rescisión del contrato. Manuel Durán, el presidente, ha tenido una actitud de nobleza muy difícil de ver hoy en día.

—¿A lo largo de su larga carrera había sufrido antes una plaga de lesiones semejante?

—No. Esta situación es insólita para mí.

—A pesar de todo, los resultados no son tan malos.

—Es que si algo distingue a este equipo es el compromiso. En una situación como la nuestra todo el mundo pondría excusas, pero ellas no se lamentan, solo piensan en ganar, y eso es muy satisfactorio.

—¿Echan de menos más apoyo en las gradas del Pazo?

—Hay dos variables muy importantes para que la gente vaya a animar al equipo de su ciudad. La primera es ganar, sin duda; y la segunda, tener referencias locales o jugadoras muy consolidadas en la ciudad. Los héroes locales, aquí en Lugo podríamos hablar de Tito Díaz, de Manel Sánchez, de Suso y ahora de los Quintela, y las victorias son la base para que la gente se identifique con su equipo. En nuestro caso, eso llegará, porque el club está llevando a cabo un gran trabajo con la cantera. Hay una apuesta firme y tenemos que trabajar todos para tener éxitos en la cancha y fabricar nuestros Quintelas.

—Le sobran títulos de los que presumir: Ligas, Copas, Supercopas... ¿De cuál se siente más orgulloso?

—Me hizo mucha ilusión ganar la Copa en Girona con el Perfumerías porque también tuvimos que superar muchas situaciones adversas. Llegamos al descanso perdiendo de 15. Había varias jugadoras lesionadas y todas quisieron jugar para ayudar. Fue un título muy emotivo.

—Lleva casi 40 años en los banquillos. Me costaría creer que su ilusión no ha ido a menos.

—Cuando era joven aprendía mucho de los entrenadores más veteranos, y eso era una gran fuente de motivación, y a medida que me hago viejo me doy cuenta de que aprendo mucho de los jóvenes, con nuevas iniciativas, con nuevos métodos... Eso me inyecta mucha ilusión.

«Con 27 años me dijo el presi del OAR: ‘no hay un duro, tienes que coger el equipo de ACB’»

Miguel Ángel Ortega debutó en un banquillo de la Liga ACB muyjoven. Era la campaña 1989/1990 y le impusieron dirigir al OAR Ferrol.

—¿Aquello fue una faena o una oportunidad de oro?

—Fue una sorpresa. Cuando me dieron que tenía ir a junto del presi [Juan Fernández] pensé que me iba a abroncar por algo que había hecho. Yo estaba entrenando en la cantera, tenía 27 años. Me dijo: ‘no hay un duro, tienes que coger el equipo de ACB. Haz lo que puedas’.

—La estrella de aquel equipo era Lavodrama.

—Recuerdo que fui con él a Estados Unidos para fichar un sustituto para Mike Schlegel, que se iba al Fórum. Allí nos encontramos con Darryl Middleton, que acababa la universidad. Teníamos listo el contrato, pero Juan Fernández no lo quiso porque era muy joven.

—Tiene una larga experiencia tanto en el baloncesto femenino como en el masculino. ¿En dónde se siente más cómodo?

—Francamente, me siento muy cómodo y a gusto en los dos. Guardo muy buenos recuerdos de todas mis etapas, también de las de formación. Al final trabajas con personas y el sexo es lo de menos. Si es verdad que el baloncesto masculino tiene otra dimensión, va todo más rápido, es todo más grande y es más espectacular porque físicamente los hombres son más fuertes. Pero tanto en términos técnicos como en físicos el baloncesto femenino está avanzando mucho.