El detenido por tirar a una chica transexual desde la muralla de Lugo dice que no estaba con ella

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

LUGO

La joven se precipitó desde una altura de 12 metros.
La joven se precipitó desde una altura de 12 metros. Óscar Cela

La chica sigue mejorando en la uci del HULA y recupera poco a poco la consciencia. Su familia evita vincular el motivo de la presunta agresión con la condición sexual de la joven

04 nov 2021 . Actualizado a las 23:53 h.

La joven que cayó desde la Muralla de Lugo hasta el patio interior de una vivienda en la madrugada del pasado domingo evoluciona favorablemente en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Lugo, el HULA. Tanto su familia como la policía apoyan la versión de que la joven, una mujer transexual, se precipitó desde una altura de doce metros, junto a la Praza de Ferrol, fruto del empujón que le habría dado un hombre al que había conocido esa misma noche, de fiesta. De hecho, este sujeto fue detenido por la Policía Nacional este martes, quedando en libertad horas después.

Sin embargo, el acusado niega tajantemente los hechos, algo que, al menos por ahora, apoyan la Fiscalía y el juez encargado del caso, quienes decidieron otorgarle la libertad con cargos este miércoles.

El martes y el miércoles, el joven negó categóricamente los hechos, tanto ante la policía como ante el juez. En su testimonio, explicó que no había siquiera acompañado a la joven hasta la Muralla, donde presuntamente la habría empujado a un patio de luces, por lo que no tenía nada que ver con el suceso.

Esta versión contrasta con la aportada por la policía, que apuntó que tras una discusión, el hombre agredió a la mujer y esta cayó al vacío 12 metros. Luego se fue y la dejó allí, sola durante horas en un patio interior al que cayó. Fue detenido por un delito de lesiones y otro de omisión del deber de socorro.

El joven explicó que conoció a la chica la noche del sábado. Afirmó que fueron a tomar algo por el centro, pero que se separaron poco después. La dejó en la zona de los vinos y no volvió a saber de ella, explicó. Además, el acusado se enteró del suceso en el momento de ser detenido, el martes por la tarde. Para él, fue un un shock el hecho de ser requerido por la Policía Nacional, según fuentes cercanas, pero también le conmocionó saber que la chica había caído de la Muralla y que estaba grave en el hospital.

Fuentes cercanas al caso afirman que el juez encargado es un experto en violencia de género, muy reputado. En todo caso, fuentes de la judicatura explican que la libertad decretada para este hombre está pendiente de una declaración clave: la de la chica herida. Ella, a pesar de que cada vez se encuentra mejor, sigue en la uci, por lo que no ha podido dar testimonio ante el juez o ante la policía. 

Fuentes de la Fiscalía informan de que «no había motivos suficientes para decretar una medida tan severa como es la prisión provisional». Se justifican en la falta de testigos directos de la presunta agresión, la incapacidad de relatar los hechos de la joven, y de la ausencia de imágenes que sitúen al hombre en la Muralla en aquel momento. Por estos motivos, tanto la fiscal encargada del caso como el juez del juzgado de instrucción número 3 apoyaron la libertad con cargos del acusado, que, eso sí, tiene prohibido acercarse a la mujer a menos de 100 metros y que tendrá que comparecer ante el juez semanalmente, al menos hasta que se esclarezcan los hechos. 

 

Mientras, la familia de la joven herida vive un momento delicado. Ella reside con su hermana en la ciudad de Lugo, y su padre se encuentra también viviendo en Galicia. No hace mucho que se mudaron a la ciudad amurallada, y son todos de origen colombiano. 

Sus familiares evitan mencionar la identidad sexual de la joven como el motivo principal de la presunta agresión. Confirman que ella se identifica como una mujer trans, pero no afirman que ese fuese el motivo del presunto empujón que la hizo caer Muralla abajo. Ella jamás había tenido problemas por este motivo, y vivía su identidad con total naturalidad. Su familia no quiere «que se hable más de que era trans que de lo que le ha pasado».

Se muestran reacios a dar más detalles de situación en la que se encuentra la chica, pero confirman que evoluciona favorablemente en la uci. A pesar de haber llegado «fatal, sin reconocer a la gente y sin poder hablar», según uno de sus familiares, ahora «ya podemos hablar con ella y se encuentra mejor». Cuentan que esa caída «no la aguanta cualquiera, pero ella lo consiguió». La joven tuvo que ser operada de urgencia tras llegar a la uci con una pierna rota, una muñeca partida y dos vértebras fracturadas. 

Fuentes policiales y judiciales confirman que ni el Cuerpo Nacional de Policía, ni la Fiscalía, ni el juez encargado del caso apuntan, por el momento, a que detrás del caso haya transfobia. No descartan investigar un posible delito de odio en el futuro, pero «no hay suficientes indicios para tomar ese camino ahora mismo», explican fuentes cercanas al caso.

Una cosa en la que coinciden todas las partes es en que la declaración de la joven, actualmente en la uci del HULA, será clave para el devenir del caso. Ella es la única que persona, además del acusado, que estaba presente en el momento de los hechos. Será su testimonio el que ayude a esclarecer si el acusado estaba en la Muralla en aquel momento -algo que él y su defensa niegan-, si la presunta agresión está relacionada con su identidad sexual y si hubo intencionalidad de lanzarla desde aquella altura.

Este último punto puede resultar especialmente complicado de analizar, ya que, en caso de haber sido empujada con intención de que se precipitase desde la Muralla, podría acusarse al hombre de tentativa de homicidio. En caso de que, de haberse producido ese empujón, la intención del joven fuese agredirla, pero no que cayera hasta el patio interior, podría mantenerse la acusación de un delito de lesiones, al no apreciarse intención de acabar con su vida. Todas estas cuestiones están todavía lejos de resolverse.