¿Quién fue Primitivo Díaz, el instructor del primer grupo de gaiteiras de Galicia?

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA LUGO / LA VOZ

LUGO

cedida

El músico y artesano de Baralla fue el escogido por los hermanos Suárez Couto para ser maestro de la formación de Ribadeo, Saudade

10 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En 1961 nacía en Ribadeo el primer grupo femenino de gaiteiras de Galicia y, según las últimas aportaciones de la Xunta, fue pionero también a nivel internacional. Los hermanos Suárez Couto, quienes tuvieron la iniciativa de crearlo, escogieron con firmeza quien sería el instructor de las jóvenes músicas: Primitivo Díaz Pérez. El aclamado gaiteiro no estuvo al frente de Saudade, sino a su lado, enseñando y apoyando la labor de un grupo que «impactaba» cuando tocaba al unísono en directo.

Primitivo nació en Baralla en 1901, cuando todavía se denominaba Neira de Jusá. A los pocos años, sus padres decidieron mudarse a Ribadeo, de donde no volvería a moverse y dejaría una gran huella. De joven, como la mayoría, se embarcó como marinero mientras ya comenzaba a aflorar que el lucense llevaba la música en la sangre. A los 23 años tuvo que ir a África a hacer la mili, donde tocaba el cornetín. «Siempre contaba que un día llegó a tocar delante de Franco, en plena guerra de Marruecos», recuerda una de sus hijas. En 1929 se casó con Caridad Muñiz y decidió dejar de navegar y abrir una barbería en Ribadeo.

No se sabe cómo Primitivo Díaz aprendió a tocar la gaita hasta alcanzar la excelencia, pero su don para la música es indudable, ya que no solo tocaba la gaita, sino varios instrumentos. Compaginaba el trabajo en la barbería, donde creaba un ambiente de tertulia y quien quería sacaba la guitarra para animarlo con música, con la participación en grupos musicales. Formó parte del Coro da Mariña, en los años 40 creo la orquesta Monterrey, en la que participaron también sus hijos, y fue miembro del grupo de gaitas «Os Quirotelvos».

Además de interpretar con calidad múltiples muiñeiras y alboradas -que en numerosas ocasiones terminaba con un «¡Ahí queda eso!»- su buen carácter y su destacada destreza lo llevaron a formar a otros músicos. Por ejemplo, fue maestro de Los Flechas Navales, la formación militar de cornetas y tambores. Esta trayectoria sería lo que llevaría a los hermanos Suárez Couto a elegir a Primitivo Díaz como el instructor del primer grupo de gaiteiras de Galicia.

En 1961, los ribadenses juntaron a siete jóvenes de unos 15 o 16 años bajo el nombre de «Saudade» y con las pautas de Primitivo. La comidilla de ver a una formación femenina se extendió rápido y, unida a la gran calidad musical que aportó el gaiteiro lucense, alcanzaron un gran éxito. Las gaiteiras tocaban al unísono luciendo el traje gallego del siglo XVIII y sus melodías triunfaron por toda Galicia, España e incluso Europa. Fueron las precursoras. Dignificaron la figura de la gaiteira con el apoyo constante de Primitivo.

Pocos años después, se construyó el Monumento al Gaiteiro en Santa Cruz dada la relevancia que consiguieron los músicos de la villa lucense. En él, Primitivo Díaz Pérez cuenta con su placa de Gaiteiro de Galicia. El músico de Baralla recibió en 1966 el título de Gaiteiro Maior de Galicia.

Palleteiro internacional

La casa de Primitivo y Caridad se ubicaba junto a la Fuente de los Cuatro Caños de Ribadeo, donde se cantaba todo el día. En el piso superior, en un cuarto del ático, el gaiteiro tenía su taller porque también era artesano. Primitivo fue palleteiro e hizo encargos durante años para gallegas y, sobre todo, del extranjero. El gaiteiro se ganó el respeto y el cariño de la villa lucense. De hecho, su fallecimiento en 1973 causó una gran conmoción. Primitivo, que gozaba de buena salud, tuvo que ser intervenido de apendicitis y murió en la operación.

Sus melodías siguieron vivas gracias a sus hijos, que vivieron en distintos puntos de Galicia. De los cuatro, tres de ellos fueron músicos. José Luis, ya fallecido, se dedicó profesionalmente a la música y tocó varios instrumentos, como el piano, el acordeón o el saxo. Tivo, que reside en A Coruña, tocó la trompeta junto a su padre en la orquesta, y su hija conocida como Pepita, también fallecida, cantaba y fue maestra de pandereta en Ourense, donde residía, y formó parte de grupos de música tradicional. Aunque Pepita además de pandereteira fue una gran artista, ya que también era pintora. Junto a la cuarta hija, Alvarita, que vive en Vigo, todos heredaron la pasión por la música y el amor por Ribadeo.