Solo animales

LUGO

09 oct 2021 . Actualizado a las 20:19 h.

Solo es un perro. No pueden vivir para siempre, tienes que asumirlo cuanto antes. Lo malo sería que se muriese alguien de la familia. Adopta a otro y se te pasa. Son frases que a menudo escuchan los que acaban de perder a un animal o los que conviven con uno enfermo. Pero los que así se expresan denotan más bien una falta de empatía, tacto y comprensión abismal, que a juicio personal debería ser foco de estudio. 

 Conocer a Amaya [su historia se publica hoy en la página 26 de este diario] es aprender una lección de vida. Ella, que salió de Andorra y llegará a Finisterre para esparcir las cenizas de su perra, no tiene miedo a expresar su dolor, ni tampoco a hacerlo público. Lo primero cuesta en ámbitos íntimos, y es que a veces ocurre que ni la propia familia entiende este tipo de duelos. Lo segundo hace a veces que proliferen amenazas, insultos e incluso las risas. Pero hablar con la naturalidad con la que lo hace Amaya es ser valiente para hacer frente a un dolor inmenso y que lo inunda todo. Ella se enamoró de Kyla y su historia se alargó durante 15 años. Fueron compañeras de vida, de viajes y de sensaciones. Pero son muchas las cosas que no saben los que piensan al leer esto eso de que «es solo un perro». No saben el vínculo que tenían ni imaginan el trance que esto supone para Amaya. Ella, que atraviesa en estos momentos la provincia de Lugo y con su Kyla a cuestas. Amaya, tú nos haces mejores.