Según el sumario que remitió en el año 2017 el Juzgado de Instrucción Número 1 de Lugo, el exconcejal y presidente de la CHMS, Francisco Liñares, reconoció que invirtió 250.000 euros de los 300.000 euros que habría recibido en sobornos en la compra de las participaciones sociales de una empresa de publicidad, propiedad de un socio suyo al que también se acusó de blanqueo de capital en aquella causa. Además, habría transferido otros 30.000 euros para la constitución del capital social y entregado «el resto en metálico en un maletín».
Muchas de las propiedades de Liñares, según aquella investigación, estarían a nombre de sus hijos, mientras que su socio actuaría de testaferro y de artífice del entramado empresarial que utilizaba para desviar el dinero procedente de los sobornos. Esa compañía era, precisamente, la que tenía adjudicada la concesión de la publicidad de los autobuses urbanos de Lugo.