El cazador que arrastró a su perro con el coche en Lourenzá será investigado por un delito contra la seguridad vial

María Guntín
María Guntín LUGO / LA VOZ

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Inicialmente, el Seprona decidió no abrir diligencias ante el posible caso de maltrato, pero una denuncia de Anadel abre la vía judicial

23 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Un vídeo difundido a través de las redes sociales, grabado en Santo Adrao de Lourenzá y que se viralizó en apenas unas horas mostraba hace unos días a un perro atado a un remolque y que estaba siendo arrastrado por el mismo. Entonces, el Seprona de Ribadeo recibió la denuncia pertinente y tras realizar las pesquisas que estimó necesarias concluyó que el perro se encontraba en buenas condiciones y que no iniciaría una investigación.

Por su parte, el conductor del vehículo, un cazador de más de 80 años, alegó que no sabía que la práctica estaba prohibida y que no podía coger al perro en brazos, mientras que desde el Seprona argumentaron que el can tenía microchip y papeles en regla.

Sin embargo, una denuncia de la Asociación Nacional Animales con Derechos y Libertad (ANADEL) abre una nueva vía que, posiblemente, provoque que este caso acabe en el juzgado. La entidad presentó un escrito el pasado día 10 exponiendo que entiende que se trata de un caso de maltrato animal, con ensañamiento y abandono. Lo hizo ante el Seprona de Vegadeo, que la remitió a la comandancia de Lugo. Asimismo, la asociación alertó de un delito contra la seguridad vial. Aunque el Seprona dio por sentado que no se produjo el primer delito, el segundo sí tendrá que ser investigado y abrirá la vía judicial.

ANADEL, que se personará como acusación popular en este caso, pide también la retirada del permiso de armas y la incautación de las mismas para el cazador de Lourenzá. Piden también hacerse cargo del perro, para poder hacer un informe veterinario completo y garantizar además su seguridad. Sin embargo, la entidad presentó también un informe pericial exponiendo las heridas que pudo sufrir el perro al ser arrastrado tras permanecer atado su collar a la bola del remolque y también las secuelas psíquicas que puede padecer.

La profesional aprecia también ensañamiento y recuerda que el maltrato animal comprende todos los comportamientos que son susceptibles de dañar la salud de los mismos. Concluye que el can «sufrió un maltrato grave en un acto de crueldad extrema que puso en peligro inminente su vida».