A partir de las seis fiesta en OPazo

Ricardo Hevia LUGO / LA VOZ

LUGO

Óscar Cela

20 sep 2021 . Actualizado a las 21:59 h.

Aunque su presencia en Lugo haya sido en un mal año, el público del Pazo nunca olvida a los que se dejaron la piel por esa camiseta azul. Eso pudo comprobarlo Sulejmanovic, con el Pazo puesto en pie, brindándole una cariñosa y emotiva ovación. Ese público que aún no sabía que estaba en el prólogo de una gran fiesta.

Tenerife es un gran equipo pese a la debacle de anoche, y por contra el Breogán tuvo una actuación estelar que desactivó a los tinerdfeñops desde el 5-0 inicial. Primero, con una actitud increiblemente agresiva y valiente, que no cedió en intensidad ni un minuto. Desde el salto inicial, el Lenovo Tenerife no estuvo nunca cómodo en la cancha.

En este primer partido de la liga, el Breogán renunció a la defensa presionante que había ensayado en pretemporada, pero todos los jugadores mantuvieron una actividad incansable. Buenas rotaciones, buenas ayudas, robos de balón, firmeza en el rebote defensivo. Tenerife solo hizo daño, y muy poco, en las continuaciones de algún poste después del bloqueo. En lo demás no hubo color.

Con un excelente planteamiento, cada vez que los canarios invertían el balón y fintaban el tiro para después penetrar siempre encontraban un defensor breoganista o una ayuda que se lo impedía, y para colmo, un equipo de tiradores tan fiables estaba negado en el lanzamiento exterior.

En cambio el Breogán volaba de la mano de un Musa excelso, 100% de acierto en el tiro en los primeros veinte minutos. Puso boca abajo al Pazo, que desde hoy tiene un nuevo ídolo.

Para rematar un partido completo, el Breogán apabulló a su rival en el rebote ofensivo. En cantidad de ataques, hasta tres o cuatro rebotes seguidos capturaban los chicos de Paco Olmos, que además solían castigar a su rival finalmente con un triple.

Un inicio que ni soñado, una sensación de equipo inmejorable y una estrella que cautivó a todos. La liga comenzó de forma inmemorable. Qué nada cambie.