Llega septiembre y toca incendios. Como siempre. El de Ribas de Sil, cerca de 2000 Ha,s. Pienso en ello, ato cabos y me pasmo: ¿Cómo a estas alturas del relato no ha sacado aún nuestro gobierno alguna ley que aliente a los pirómanos o que incentive su trabajo? Considero. No sé, se me ocurre por ejemplo bonos canjeables para ahorrar en gasolina o kilometraje gratuito en el desplazamiento de ida y vuelta al punto cero del desastre... Qué ocurre, ¿y esa cara? Por qué se rasca usted la nuca. Por qué relee de nuevo lo que he escrito hasta el momento. ¿Le sorprende? ¿Piensa que me he vuelto loco? ¿Que chocheo?... O que hoy la cosa va de coña. Pues no señor, hablo totalmente en serio. Vamos a ver, dígame: si le okupa a usted alguien el piso, ¿quién se jode y corre encima con los gastos pagando luz a precio de oro? ¿Es normal que delincuentes con cien mil delitos anden por la calle y que un anciano esté en la cárcel por defender sus propiedades? ¿Que estudiantes puedan avanzar de un curso a otro sin pegar hachazo? ¿Y copiando? ¿Y mil absurdos más que dejo porque este esqueje de columna no da abasto? Dígame. ¿Piensa que estas leyes que tenemos están hechas por personas que no están en sus cabales? Porque es lógico pensarlo, ¿no? Como yo, piensa que no, claro. ¿Entonces?... Me huele a mí a quemado, ¿y a usted?
¿Sólo pirómanos?... Ja. “Derogarán” por R.D. Cuerpos de Bomberos, se cargarán Securitas Direct y mr. people seguirá durmiendo. Desde mi ventana aquí en el alto me apunto a este jaleo: voy a ponerme a berrear todas las noches de 3 a 4 a ver si abre los ojos todo Lugo. ¡A tomar por…! Ejem, disculpen.