Desde secuestros hasta marchas voluntarias: las autoridades todavía buscan a 29 lucenses desaparecidos

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

LUGO

El sargento Jesús Castro, de la sección de Policía Judicial de la Guardia Civil de Lugo.
El sargento Jesús Castro, de la sección de Policía Judicial de la Guardia Civil de Lugo. CARLOS CASTRO

La Guardia Civil podría mantener vivas las búsquedas hasta 110 años después de la fecha de la denuncia

14 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«Es realmente frustrante cuando estos casos terminan con un fallecido». Así definen los agentes de policía la implicación que llegan a tener en algunas de las operaciones más tensas con las que tienen que trabajar: las desapariciones. Este tipo de sucesos, aunque se resuelven casi siempre con un resultado positivo, puede llegar a significar un grave problema para todos los afectados.

«Tuvimos 420 alertas de desapariciones en Lugo en los últimos diez años. Eso son 42 cada año, una casi cada semana. Todavía tenemos tres activas dependientes de esta comisaría. Es un trabajo enorme». Son palabras de Héctor Pérez, encargado del área de Delincuencia Especializada y Violenta de la comisaría de la Policía Nacional de Lugo. Tras haberse enfrentado a docenas de investigaciones de este tipo, explica que «nueve de cada diez se tratan de desapariciones voluntarias, personas que se separan de su familia motu proprio y sin avisar».

Héctor Pérez, inspector de la UDEV de la Policía Nacional de Lugo.
Héctor Pérez, inspector de la UDEV de la Policía Nacional de Lugo. Óscar Cela

La coordinación que se lleva a cabo con la Policía Local o la Guardia Civil, pero también con entes de enorme calado internacional, como la Interpol o autoridades extranjeras, es «vital» para encontrar a muchas de las personas que figuran en este registro. «Uno de los casos más recientes es el de una ciudadana francesa que echaron en falta en Lugo y la encontró la Ertzaintza en el País Vasco, o el de una mujer con problemas mentales que desapareció en Murcia y la encontramos aquí. Esta colaboración es vital».

Aunque en estas ocasiones se encontró a las mujeres ilesas, no hace mucho que tuvieron «un susto enorme». «Era una mujer de mediana edad, con problemas psicológicos, que se fue de su casa dando muestras de querer quitarse la vida. Después de dos días de una investigación crítica, dimos con ella metida en un coche en Guitiriz, al sol, tras haber consumido una gran cantidad de fármacos, y al borde de la muerte. Si tardamos unas horas más, no habríamos llegado a tiempo. Los agentes le salvaron la vida», explica.

La labor de la Guardia Civil

Una labor igual de complicada realiza la Guardia Civil. Desde la Comandancia, el sargento Jesús Castro se encarga de este asunto desde la sección de Policía Judicial. «Contamos con 26 desaparecidos cuyos casos siguen activos a nivel provincial. Tenemos un desaparecido declarado hace 31 años, así que te haces una idea de la dificultad de estos asuntos», dice.

Las autoridades dividen las desapariciones en tres grupos: voluntarias, involuntarias y forzosas. Las primeras son las compuestas por aquellas personas que se marchan de su domicilio o de su lugar de residencia sin avisar y sin dejar señas de su nueva localización, y suelen terminar con un «no quiero saber nada de mi familia», según Pérez. Las segundas suelen estar protagonizadas por personas de avanzada edad y por personas con algún trastorno cognitivo, que se pierden y no saben regresar a sus viviendas. Aquí es cuando se suelen establecer rondas de búsquedas y operativos encargados de la investigación. La tercera es la menos habitual, y se centra en los secuestros o detenciones forzosas.

Estas últimas son las más graves, y se les da un nivel de importancia «extraordinario» desde el momento que la Guardia Civil tiene noticia de ellos. Se trata, por ejemplo, de secuestros de menores, de detenciones forzosas de mujeres por parte de un hombre con historial de maltrato, o actividades delictivas. «Un caso claro fue el secuestro de una chica que trabajaba en el Club Tritón, en O Corgo, durante los peores años de la Carioca. Unos hombres la arrastraron de madrugada a un coche, a la fuerza. En cuanto nos llegó la denuncia y vimos las imágenes de las cámaras le dimos prioridad absoluta», dice el sargento. Aún así, especifica que estos casos son «algo anecdótico, el uno por ciento».

La Guardia Civil podría mantener vivas las búsquedas hasta 110 años después

¿Cuánto tiempo puede estar desaparecida una persona hasta que se cierra la investigación y se abandona su búsqueda? Según la Guardia Civil, 110 años. «Es una cifra enorme, claro, pero se entiende que es el plazo máximo de vida de una persona, por lo que se fija como tiempo máximo en el que todavía se podría encontrar con vida a una persona», explica el sargento Jesús Castro. Y es que las labores de búsqueda pueden durar desde una semana hasta varios años. «Si aparece alguna novedad, por ejemplo, un cuerpo sin vida, tenemos que retomar todas las investigaciones de los desaparecidos de la zona donde aparezca», explica.

Aún así, la complejidad de estos asuntos es tremenda. «Sin contar las desapariciones voluntarias, en las que se da por sentado que la persona está sana y salva aunque no se la pueda localizar, las desapariciones que continúan más allá de 48 o 72 horas se vuelven muy difíciles de resolver», comenta. «Tenemos once casos de desaparecidos en alta mar, en naufragios o accidentes. Algunos de ellos datan de hace más de una década. ¿Qué posibilidades hay de encontrar a esa gente? Es duro, pero es la realidad».

Aunque las investigaciones se estanquen, la Guardia Civil realiza de forma periódica una actualización de los casos con las familias de los desaparecidos. «A veces hay poco que contar, sobre todo en los casos más antiguos, pero nos reunimos cada seis meses con sus familias para hablar de cómo está el caso y les explicamos todo lo que sabemos en ese momento», explica el sargento. «Es durísimo, pero hay que tener paciencia y esperanza. Siempre puede haber un golpe de suerte», concluye.