Los botellones en el casco viejo de Lugo provocan daños irreparables en el patrimonio

André Siso Zapata
ANDRÉ S. ZAPATA LUGO / LA VOZ

LUGO

La puerta norte de la Catedral de Lugo es la más dañada por la orina, sobre todo sus herrajes.
La puerta norte de la Catedral de Lugo es la más dañada por la orina, sobre todo sus herrajes. ALBERTO LÓPEZ

Los herrajes de la Catedral están muy deteriorados por los orines de los participantes, al igual que la excavación de la Domus do Mitreo

04 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La alarma creada en torno al gran botellón celebrado el pasado jueves frente a la Catedral de Lugo ha vuelto a sacar a la palestra reclamaciones vecinales que hacía tiempo que estaban olvidadas. Más allá de la suciedad, el ruido o los incidentes que derivan de estas celebraciones -hace dos días un joven tuvo que ser trasladado al HULA-, un asunto preocupa por encima del resto a los amantes del patrimonio histórico de Lugo: los daños provocados por los participantes en los botellones que hacen sus necesidades contra los edificios más emblemáticos de la ciudad.

El monumento más damnificado es, sin duda, la Catedral. Sobre todo su puerta norte. Este elemento, para muchos el más valioso de la edificación, dentro de su estilo románico, se encuentra cobijado por un porche de estilo gótico. Data del siglo XIII. Está conformado por varios elementos como el tímpano, el pantocrator o unas columnas. Sin embargo, la pieza más reseñable es la doble puerta de entrada. Concretamente, los herrajes de la misma, que fueron reutilizados de una obra del siglo anterior. Son de carácter románico, y de una calidad excepcional, con formas de tallos de los que emergen ramificaciones en forma de volutas y pequeñas puntas lanceoladas. Son, sin duda, la parte más deteriorada de toda la Catedral, y su daño tiene un claro motivo: los orines de los participantes en los botellones.

«O deterioro nas ferraxes é evidente. A ouriña da xente corroe o ferro e estraga o seu aspecto». Son palabras de César Carnero, el delegado de Patrimonio Histórico de la Diócesis de Lugo. Sus grandes conocimientos sobre este asunto le permiten afirmar que «nas últimas décadas o empeoramento da imaxe destas portas é dramático». Afirma que están «cansos» de reclamar una solución para este tema, que «non fai máis que empeorar a imaxe da cidade e do seu patrimonio de cara á mirada dos visitantes e dos propios lucenses».

«Esta situación é prexudicial ata á hora de prantexar posibles restauracións, xa que non é o mesmo intentar arranxar unha peza que está deteriorada só polo paso do tempo que pola acción duns irresponsábeis», afirma Carnero. Cuenta, además, que todas las zonas de la Catedral cuentan con estos problemas, aunque el de la puerta norte es el más evidente.

Además, los problemas que generan los botellones son múltiples: «Van desde o tema dos ouriños, que chegan a ser incómodos para a xente que vén a misa un domingo pola mañá, por exemplo, despois dunha noite de festa, ata as feridas que ten sufrido algún viandante por cortarse cos vidros de botellas rotas no chan».

Las soluciones son varias, pero ninguna muy viable, según Carnero. «Poderían substituírse as portas por réplicas, podería pecharse a zona do atrio, poderíanse recubrir as zonas das ferraxes... pero é moi difícil. A única solución sería un comportamento cívico dos culpables», sentencia.

Los herrajes, del siglo XII, muestran un deterioro evidente.
Los herrajes, del siglo XII, muestran un deterioro evidente. ALBERTO LÓPEZ

La Domus do Mitreo también ha sufrido estos episodios, menos habituales este año

No se libran otros monumentos de Lugo de ser usados como «baños públicos», según César Carnero. Otro experto en patrimonio lucense, cercano a la Domus do Mitreo, explica que este edificio también tiene que lidiar con la orina de los jóvenes que van de botellón. La zona trasera de la Domus es uno de los lugares de reunión habituales de estos individuos, que utilizan una de sus puertas anexas para hacer sus necesidades. De esta manera, junto con el agua de lluvia y los residuos que dejan tras los botellones, estos líquidos se filtran bajo las cristaleras de la Domus y terminan alcanzando la propia excavación. «Esto provoca un daño irreparable en una de las piezas más valiosas del patrimonio, como es el Mitreo», explica el experto. La orina, altamente corrosiva, llega a los puntos más profundos de la excavación arqueológica, y produce «un perjuicio intolerable». Desde hace tiempo se viene pidiendo el cierre de este callejón, y una obra en el pavimento cercano a la Domus podría ser una oportunidad para, al menos, clausurarlo de forma provisional.

La noche del viernes, mejor

Las autoridades, tras las celebraciones de la madrugada del jueves al viernes, confirmaron que la noche siguiente, la de ayer, fue «mucho más tranquila». No se registraron más intervenciones que un par de multas por fumar sin distancia social, interpuestas por la Policía Local. Más allá de eso, la intensificación de la vigilancia en el casco viejo de Lugo dio sus frutos, y los botellones brillaron por su ausencia. Solamente se detectaron pequeños grupos de jóvenes en el Parque Rosalía, sin mayor importancia.