Una vida más para alimentar el sueño de volver a la Liga ACB

Ricardo Hevia EN ZONA

LUGO

Óscar Cela

18 jun 2021 . Actualizado a las 00:29 h.

Una vez más, tras un partido agónico, salió cara. Una vez más, con poco tiempo por delante y con una ventaja sustanciosa hubo que sufrir hasta el último tiro.

El encuentro fue un calco de los anteriores ante el Alicante y el Palma. Buena salida, mucho acierto y luego los problemas de siempre: precipitación en los tiros, pérdidas de balón y una defensa blanda con cambios al primer contacto y que lleva a los hombres grandes lejos del aro, donde sufren, especialmente Larsen, ante rivales mucho más rápidos.

Pero el partido también dejó muy buenas noticias, como la cantidad de buenos minutos de Kacinas, aunque fue perdiendo brillo poco a poco. Un triple suyo casi al final fue puro oxígeno para el comjunto breoganista .Y qué decir de Israel Gutiérrez, el héroe anónimo, que tantas veces ha aparecido en partidos de play-off. En su estadística figura un solo rebote, pero ¿cuántos tocó que cayeron en manos de un compañero? ¿Cuánto endureció la defensa aguantando sin dar un paso atrás en la pelea cuerpo a cuerpo? Y por fin, qué gozo es contemplar a Erik Quintela a su nivel. Anotando y dirigiendo con criterio. Qué falta le hacía al equipo y a él con ese rendimiento. Y para completar la fiesta familiar, la gigantesca segunda mitad de Sergi Quintela, que empezó el encuentro excesivamente acelerado, precipitando los tiros, pero después, como tantas veces, puso difícil al Granada poder desbordar la primera línea. Con frecuencia se fue decidido hacia el aro, con valentía, algo que echamos de menos cada semana. Es el jugador que mejor pone el balón en el suelo para penetrar.

Los grandes damnificados fueron Aboubacar y Mateo Díaz. Al primer error, al banquillo. Seydou, definitivamente, ha perdido el sitio y la juventud de Mateo acusa el no tener ningún margen para equivocarse.

Y un detalle más. En la última canasta de exbreoganista Christian Díaz y el triplazo de Bropleh desde muy lejos, ¿quién les defendía? Larsen. Los rivales han aprendido a buscar un mix max que aleje del aro al pívot danés, donde queda en clara inferioridad y además fuera del rebote.

 El Pazo empujó como siempre y el Río Breogán encontró una vida extra y en pocas horas disputará el partido soñado que esperamos desde octubre. Que la fortuna aguarde una semana para alejarse.