Un palestino residente en Lugo: «Mi rutina aquí me ayuda a sobrellevar la situación de mi familia en Gaza»

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA LUGO / LA VOZ

LUGO

El palestino de 21 años, Hamdi Jafarawi, en el centro de la ciudad de Lugo
El palestino de 21 años, Hamdi Jafarawi, en el centro de la ciudad de Lugo ALBERTO LÓPEZ

El joven Hamdi Jafarawi relata cómo vivió desde la ciudad lucense los últimos ataques en su país natal

12 jun 2021 . Actualizado a las 20:04 h.

El palestino, pero «también gallego», Hamdi Jafarawi pasó, durante épocas intermitentes, cuatro de sus 21 años viviendo en Gaza, donde nació. A sus seis meses de vida su padre huyó con él a Galicia buscando una vida mejor, pero comenzó en Palestina la escolarización y también residió cuando ya era consciente de todo lo que le rodeaba. Ahora estudia en Lugo el Grado de Tecnología y Empresa. Está en primer curso y afirma que la rutina como universitario en la ciudad amurallada le ayuda a sobrellevar la situación de toda su familia, que reside en Gaza y con la que habla con frecuencia, especialmente tras los últimos ataques de hace unas semanas.

-¿Cuándo residió en Gaza?

-Nací allí y estuve solo seis meses, hasta que mi padre y yo nos vinimos a Galicia. Posteriormente volvimos dos años al empezar el colegio y fuimos varias veces a visitar a nuestra familia, que la mayoría sigue allí. La última vez fueron tres meses cuando cursaba 3º de la ESO, pero fue una experiencia muy dura y no quise volver. Estoy bien en Lugo siendo un apoyo en la distancia.

-¿Por qué fue dura?

-Porque tenía previsto ir un mes, pero cerraron la frontera y me tuve que quedar tres. El viaje de ida y vuelta es incluso peor que estar allí. Los palestinos no tenemos la entrada permitida a Israel, que es la forma más rápida de llegar a Gaza. Mi padre y yo tuvimos que volar hasta El Cairo y desde allí coger un taxi hasta la frontera. Es traumático. Lo que sería una hora en carretera la convierten en seis y parece que están hechas con trampas para los palestinos. Hay mucho control policial, también una vez dentro de Palestina. Mientras ya estaba en mi casa familiar, decidieron cerrar la frontera y no tuve ninguna oportunidad para salir hasta dos meses después. Además, para pasar la frontera de Palestina hacia Egipto incluso hay que pagar, y no poco.

-¿Cómo fue vivir allí?

-No tuvo nada que ver como cuando era pequeño. No hay nada que hacer para un adolescente. La gente solo está con su familia, de lo que tenía muchísimas ganas, y come. De hecho, hay mucha obesidad. El agua potable y la electricidad son muy irregulares. Además, la ansiedad es constante y empecé a fumar.

-¿Era un momento más pacífico?

-Sí, por eso decidimos ir. Aun así, los habitantes de Gaza no consiguen llevar una vida normal. Recuerdo ver pruebas de misiles e incluso que uno de ellos cayera en el jardín de mi casa, pero no explotó por error, afortunadamente.

-¿Alguna vez se llega a estar tranquilo?

-No, porque en Palestina también hay guerra internas a nivel político. Hay tanta corrupción que no puede haber democracia como tal.

-¿Cómo vivió el último gran conflicto desde Lugo?

-Es muy duro. Una de las bombas explotó a 100 metros de la casa de mi abuela. Es complicado de tragar. Por suerte toda mi familia está bien, aunque se rompieron los cristales y las bombas provocaron fracturas enormes en casa. El resto de afectados ahora está intentando reconstruir su casa y sus vidas. Y a seguir viviendo con miedo. La peor parte es lo preocupado que veo a mi padre porque su vinculación lógicamente es mayor. A mí en ocasiones me cuesta dormir por las noches. Son todo traumas...

-¿Cómo fue empezar una nueva vida en otro país?

-Es complicado, pero era la mejor decisión. Mi padre me tuvo que enseñar español, porque crecí en árabe, pero la escuela también fue fundamental y la integración fue plena. Yo soy Palestino y mi vinculación sentimental no se va a ir porque mi familia sigue allí, igual que algunos trazos culturales, pero Galicia es mi casa y también mi cultura.

-¿Es accesible para cualquiera salir de Palestina?

-Lo que no existe es la posibilidad de emigrar por agua o ilegalmente porque hay mucho control policial. Toda mi familia, por ejemplo, tuvo la oportunidad de salir, pero no quieren. Allí está su casa y su vida, por muy precaria que sea. Mi abuela vino a Lugo a visitarnos a mí y a mi padre y conoció la ciudad y parte de Galicia. Le encantó, pero para ella no es una opción dejar la casa donde vivió toda su vida con mi abuelo.

-¿Cómo ves el conflicto en el futuro?

-Me gustaría que mi familia pudiera salir de Gaza para llevar una vida mejor. No sé cual será el derrotero de la guerra, pero espero que Palestina no desaparezca. A mí también me gustaría visitar Israel como turista, ojalá nos dejen entrar algún día.