El Anxo Carro acabó siendo una auténtica fiesta por esta importante y trascendental victoria del CD Lugo. Nadie podía imaginarse que entrando ya en los últimos minutos y con el resultado en contra, los locales podían darle la vuelta al marcador, y más teniendo en cuenta los precedentes -ya eran 17 partidos sin conocer el triunfo-. Pero sí fue posible, y en esa remontada también tuvo mucho que ver una afición, que en un número de 1.700 personas se dio cita en las gradas del Anxo Carro.
El público creyó en todo momento, incluso en los instantes más críticos, sobre todo con el 0-1, la afición lucense animó a los suyos y le dio ese aliento tan necesario en estos momentos para revertir la situación. Y precisamente, ese apoyo y respaldo lo agradecieron Rubén Albés y sus discípulos, que una vez que el árbitro decretó el final de los noventa minutos hicieron piña en el círculo central.
Los aficionados respondieron a la llamada de los suyos, y ya antes del encuentro recibieron a futbolistas y técnicos en los aledaños del Anxo Carro con cánticos y palabras de aliento. Este gesto bien merece que los futbolistas den el arreón final para así devolverle a este entregado público todo lo que le están dando al equipo.
Habrá más finales, y los aficionados estarán ahí para cantar la permanencia.