Comienzo ilusionante para una temporada de pesca atípica

David Cofán Mazás
David Cofán LUGO / LA VOZ

LUGO

Pescador, en un tramo del río Naria, en Lugo
Pescador, en un tramo del río Naria, en Lugo Óscar Cela

La temperatura y el viento del Nordés pusieron la nota negativa a una esperanzadora apertura de la campaña tras un año de parón

22 mar 2021 . Actualizado a las 16:29 h.

Después de un año de interminable espera a causa de la crisis del coronavirus, los pescadores por fin se enfundaron en sus vadeadores y cogieron sus cañas y cebos para probar fortuna en la primera jornada de la temporada de pesca en los ríos lucenses. Desde primera hora fueron muchos los que se animaron a probar fortuna agolpándose en las orillas en busca de las codiciadas pintonas.

Las condiciones climáticas, con mucho frío a primera hora y con el viento del Nordés soplando a medida que avanzaba la mañana, complicaron las capturas de los pescadores, entre los que reinaba el desanimo con el paso de las horas. Mientras que unos lo intentaban a mosca seca en sus diferentes variedades (todavía muy temprano para la época de año en la que estamos), otros recurrieron a los métodos más tradicionales como la lombriz, cucharilla o rapala.

Por otro lado, el caudal no se encontraba en las circunstancias habituales para esta etapa del año. Los pescadores coincidieron en que el nivel de los diferentes ríos y afluentes estaban más bajos de lo habitual en el comienzo de la temporada, con un tamaño más propio del mes de mayo. Pese a ello si manifestaron que se encontraba en condiciones magníficas para la pesca.

Aunque quizás las expectativas de captura fueron demasiado elevadas, a buen seguro por tan largo tiempo de espera, las truchas se dejaron ver y los más afortunados si consiguieron completar el cupo, o al menos hacerse con algunos ejemplares de buen tamaño.

Tramo sin muerte del Río Miño

En su paso por la ciudad de Lugo y alrededores, el Miño y sus afluentes congregaron a una buena cantidad de aficionados a la pesca desde muy temprano.

En las primeras horas de la jornada se produjeron la mayor parte de las capturas, en momentos donde el sol todavía no había hecho acto de presencia y el Nordés apenas se percibía. Varios pescadores en esta zona capturaron ejemplares de más de medio kilo y entre 25 y 35 centímetros de longitud.

Sobre las 11 de la mañana dejaron de picar, provocando que decayese el ánimo de los pescadores, que poco a poco decidían abandonar la ribera del Miño, poniendo fin a la jornada, o bien para volverlo a intentar al mediodía, cuando la temperatura permitiese intentarlo con mosca.

Caso similar al de Luis Sandamil, presidente de la Asociación de ‘Amigos do Miño', que se encontraba en el tramo sin muerte del Azúmara. «Foi unha mañá fría e con vento, que é o peor para a pesca. Aínda así sacamos varias capturas, algunhas de bo tamaño. Bastante ben para o inicio da temporada», explicaba.

Sandamil elogió el caudal del río y destacó la afluencia de pescadores en este primer día: «A xente animouse, sobre todo á primeira hora, ao facer vento e frío comezaron a marchar. O caudal para pescar estivo perfecto, pero bastante baixo para a época do ano. De todos os xeitos queda moito ano por diante e ten que vir moita auga para que recupere», afirmó.

De nuevo en el tramo sin muerte del Miño, hasta los más jóvenes se animaron a lanzar sus señuelos. Como David, de 9 años, que lo intentó a cucharilla sin demasiado éxito, aunque con empeño.

Río Parga

Otro de los escenarios donde se reunieron los ‘troiteiros' fue a lo largo del Río Parga. Este es el caso de Fernando Prieto, que preside la Asociación de Amigos do Río Parga. Coincidiendo con el diagnóstico de Sandamil, tanto en la zona dos Villares de Guitiriz en el Río Roca, como en los diferentes cotos del Parga, Prieto destacó el escaso nivel de agua existente: «Está demasiado baixo para esta época do ano, o nivel da auga debería ser o de mediados de maio. En 15 días baixou a metade do seu caudal, e a troita non está acostumada».

La trucha tampoco se acostumbró a las bajas temperaturas que se registraron en las horas más tempranas del domingo, donde la helada y el incipiente viento complicaron las capturas. «Houbo moito frío pola mañá, había xeada e co aire do Nordés tivemos dificultades», mencionaba Fernando.

No obstante la jornada dio sus frutos y algunos de los muchos pescadores que se acercaron a esta zona de captura llegaron al cupo permitido en los cotos. Los que no tuvieron su día, al menos pudieron volver a disfrutar de su gran pasión en los ríos lucenses.