La veterinaria y escritora María Sánchez subraya el papel innovador de las mujeres en el campo
19 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.María Sánchez es veterinaria, pero también hija y nieta de veterinarios. La profesión, como otras muchas, estaba casi totalmente en manos de hombres en décadas no muy lejanas, aunque ella admite que las circunstancias han cambiado. A esas circunstancias y a las personas que las protagonizan dedica atención, ya que a su trabajo profesional añade una actividad literaria y una preocupación por las mujeres. En días pasados participó en un encuentro virtual organizado por el campus de Lugo ciudad (USC) con motivo del Día de la Mujer.
-¿Hay mucho por lo que luchar en el medio rural en igualdad entre hombres y mujeres?
-El medio rural es muy diverso. La mujer rural sufre una doble o triple discriminación. Hay que visibilizar muchos trabajos que no han salido a la luz. Una mujer tiene que poder decidir si quiere quedarse en el pueblo o irse. A mi madre, con doce años, la sacaron del colegio para ir a recoger aceitunas. Hay mujeres que quieren quedarse en los pueblos, pero que se ven forzadas a irse por falta de servicios. Es necesario que se tome esa conciencia, que se diga ‘me voy o me quedo porque quiero, pero no porque me vea forzada'. También hay que tener cuidado con ciertos discursos. He visto algunos sobre la edad fértil de la mujer rural. Es muy fuerte... ¡No somos vasijas! Con el confinamiento, por otro lado, se habla de la gente de ciudad que se va a los pueblos, pero no de la gente que está en los pueblos y que reivindica unos servicios básicos.
-¿Qué se puede hacer realmente para fijar población en zonas rurales?
-No podemos olvidar que el medio rural es el que alimenta a las ciudades. El sector primario es una parte importante del medio rural, pero no encuentro lógico que alguien quiera montar una quesería artesana y se le pidan los mismos requisitos que a una quesería industrial. Nos encontramos también con que no hay servicios básicos: sanidad, carreteras, Internet... Hemos normalizado que a un niño lo ve un médico que atiende también a pacientes de 80 años. En la pandemia hemos sido tan urbanocentristas que se prohibió a los pequeños productores vender sus productos. Creo que hay más gente que si no tuviese tantas dificultades, se iría al campo. En la vida diaria hay esos contratiempos: por ejemplo, una pequeña explotación necesita vender sus quesos por Internet. La realidad es que parece más fácil poner en marcha un macroproyecto que una pequeña explotación.
-¿Hay todavía una visión idílica del campo, alejada de lo concreto?
-Es fácil echar la culpa a gente de ciudad que no ha tenido ese contacto con el medio rural. Yo me siento privilegiada porque lo he vivido desde pequeña. Es muy importante la educación, poder disfrutar de la naturaleza, tener un huerto en el colegio... Los grandes medios nos han vendido una imagen muy idílica, donde el campo es solo para descansar y hasta nos molesta el canto del gallo. Si nos vamos al otro extremo, el campo es Puerto Hurraco [pueblo de la provincia de Badajoz donde dos hermanos mataron a nueve personas, varias de ellas de una misma familia, en agosto de 1990], el paleto, el ignorante... No es así. El campo tiene un valor cultural y patrimonial del que debemos sentirnos orgullosos. La percepción que tengo es que en los medios hay más respeto a la gente del campo, y creo que se está cambiando ese relato.
-¿Hay mujer rural o mujeres rurales?
-Hay mujeres rurales, está clarísimo. En el mundo rural, hoy, la innovación va con las mujeres: la conservación y la recuperación de semillas y de oficios, por ejemplo.
Inicio.
María Sánchez (Córdoba, 1989) es veterinaria y escritora. Cursó la carrera en la Facultad de Veterinaria de su ciudad natal.
Evolución.
Trabaja en tareas científicas de recuperación de razas autóctonas de la península, pero desarrolla también una actividad literaria que la ha llevado a publicar obras en prosa y libros de poemas.