Javier Casas, urólogo: «Somos la especialidad más oncológica, no tratamos solo disfunciones eréctiles o próstata»

María Guntín
María Guntín LUGO / LA VOZ

LUGO

El urólogo Javier Casas, en la clínica de Santo Domingo, en Lugo
El urólogo Javier Casas, en la clínica de Santo Domingo, en Lugo ALBERTO LÓPEZ

El doctor confirma que algunos pacientes temían ir al hospital, especialmente durante la primera ola de coronavirus

10 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El urólogo Javier Casas pasa consulta dos veces a la semana en la clínica Santo Domingo de Lugo, aunque también opera en el hospital Ribera Polusa. Habla de los mitos en torno a la especialidad y también del retraso diagnóstico que provocó la pandemia de coronavirus.

—¿Cómo ha afectado la pandemia a sus pacientes?

—En Lugo no hemos parado en ningún momento de ver pacientes. Ni siquiera en marzo. Lo que hicimos fue transformar la consulta presencial en online. Si eran primeras citas, siempre las realizábamos de forma personal. En cuanto a los tumores, no damos una mala noticia por teléfono.

—¿Hubo miedo?

—Había pacientes que tenían miedo de acudir al hospital o a primaria. Sobre todo, ocurrió durante la primera hora. Esa disminución del flujo a Atención Primaria ha retrasado diagnósticos y ahora, los pacientes vuelven a venir, pero los efectos no los sabremos hasta que veamos las repercusiones. La incidencia de los tumores es similar año a año, tendremos que esperar un poco más para hacer la comparativa.

—¿Cuál es el cáncer más frecuente?

—El de próstata. De hecho, ya es más prevalente que el de mama. En hombres, es el más frecuente.

—El diagnóstico precoz es fundamental.

—Sí. Hay muchas polémicas por los cribados que permiten diagnosticar precozmente para hacer un tratamiento en un estadio muy localizado. Hay dos grandes estudios y ambos demuestran que la analítica con PSA evita la metástasis, pero no aumenta la supervivencia global. Para hacer un cribado poblacional lo que tienes es que aumentar la supervivencia, no sirve de nada que le digamos al paciente que tiene un tumor pero que no podemos hacer nada. Yo recomiendo, al menos, hacer una analítica y dependiendo de ese punto de partida, ya es posible hacer una primera valoración.

—¿Cuál es la edad indicada para esa primera revisión?

—En afroamericanos, que tienen más riesgo, a partir de los 45 años o si tienen antecedentes familiares, una analítica y un tacto rectal. Los demás, a partir de los 50.

—¿La urología es una especialidad solo para hombres?

—La gente desconoce la función de los urólogos. No solo tratamos disfunciones eréctiles o próstata. Vemos todas las patologías del suelo pélvico de la mujer, cólicos de riñón, trasplantes renales... Un oncólogo da igual que sea hombre o mujer, ¿por qué no pasa lo mismo con el urólogo? Nosotros abarcamos los dos géneros y también cambios de sexo, por ejemplo. El urólogo también trata los tumores avanzados. Es una especialidad desconocida y muy encorsetada en ideales erróneos y anticuados.

—¿Por qué es una especialidad encorsetada?

—Un paciente que tiene un problema de disfunción eréctil piensa que lo va a entender mejor una persona de su mismo sexo, y lo mismo pasa con una mujer con dolores de regla, ya que yo como hombre lo he podido leer, pero nunca lo he sufrido.

—¿Acuden parejas?

—En las relaciones hay dos personas. A lo mejor llega un hombre con una disfunción y se trata de algo secundario porque la mujer tiene vaginismo, por lo que el dolor de ella es desencadenante de él. Entonces, se trata a la pareja, no solo al hombre.

—¿Cuáles son las preguntas más frecuentes en consulta?

—Depende. Si hablamos del volumen de trabajo, el grueso de patología benigna y a nivel hombres, la revisión de próstata. En ellas, infecciones de orina y sobre todo incontinencia. Por otra parte, somos la especialidad más oncológica que hay, con mucho volumen de cirugías.

—¿Puede el deporte en exceso causar infertilidad?

—El deporte moderado es una primera línea de tratamiento para la disfunción eréctil o para la infertilidad. De hecho, el sedentarismo es una causa de ambas. Otra cosa es el deporte excesivo, que puede desencadenar alteraciones a nivel hormonal.