La pandemia eleva el interés por construir en zonas fuera del PXOM

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo LUGO / LA VOZ

LUGO

Desde Bocamaos de Arriba se divisa la ciudad
Desde Bocamaos de Arriba se divisa la ciudad Óscar Cela

En muchos lugares del rural hay ganas de edificar, pero la iniciativa está paralizada por la incertidumbre, a la espera de que se resuelva el 5 %

27 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Sacar adelante el 5 % pendiente del Plan Xeral de Ordenación Municipal de Lugo permitirá regularizar hasta el último metro de superficie del concello, liberando así a muchos núcleos rurales de unas cadenas invisibles. El PXOM aprobado en el año 2011 dejaba al margen 67 núcleos rurales. Estas zonas en suspenso se rigen por el planeamiento anterior, que en el caso de Lugo data de los años noventa. Pero la legislación establece también que las leyes posteriores han de aplicarse, y en este caso son dos: una del año 2002 y otra del 2016. Esta, a mayores, incluye un régimen transitorio que también tiene que cumplirse. Es decir, sobre esos 67 núcleos rurales pesa un entramado normativo que no es sencillo de descifrar y que genera una enorme incertidumbre a quienes quieren comprar o construir.

Durante los últimos años mucha gente hizo intentos de trasladarse de la ciudad a varios de esos núcleos rurales afectados, pero las limitaciones para edificar e incluso para realizar rehabilitaciones importantes frenaron sus ganas. La situación, tras el confinamiento se ha agravado.

«La pandemia ha hecho que cada vez más gente quiera ir a vivir al rural, y en Lugo hay núcleos muy atractivos en los que no se puede edificar en estos momentos, pero que, una vez que se disponga de todo el plan general aprobado, sí serán edificables y apetecibles», apuntan desde la Asociación Provincial de Empresarios de la Construcción de Lugo (APEC), «de ahí que sea importante tener el plan general completo cuanto antes», abundan.

El confinamiento estricto del año pasado despertó un enorme interés por las zonas rurales, pero buena parte de las aldeas lucenses están limitadas a la espera de que la Xunta dé el visto bueno al 5 % en suspenso del plan de ordenación. Un 5 % que ahora se lleva desde Santiago, después del conflicto de intereses surgido entre la jefatura de Lugo y el Concello. Sea en un lugar o en otro, lo que parece claro es que una vez se resuelva la totalidad del expediente, las paleadoras tendrán mucho trabajo en el núcleos rurales que hasta la fecha son como una patata caliente a nivel urbanístico.

Orbazai es una de las zonas en las que el PXOM del 2011 no está aprobado
Orbazai es una de las zonas en las que el PXOM del 2011 no está aprobado Óscar Cela

El pasado verano, cuando el gobierno local aprobó inicialmente el expediente del 5 % , la propia alcaldesa, Lara Méndez, lo subrayaba. «Con este paso encaramos xa o camiño final para activar zonas de Lugo que ata o día de hoxe só se poden rexer polo planeamento anterior, o que, na maioría dos casos, supón limitacións para outorgar licencias para novas edificacións, principalmente na zona rural afectada». En ese momento recordaba también que la parálisis del PXOM frenaba también el desarrollo de entornos como el del hospital Lucus Augusti.

«Aquí hai moita xente que quere construír e non pode, e algún veciño leva anos para facer unha granxa»

Aldeas próximas a la ciudad, bien comunicadas y con servicios. Ese es el sueño que muchos urbanitas tienen en mente a causa de la pandemia. Ansían disponer de su pedazo de tierra o de jardín, pero sin renunciar a las comodidades que implica una ciudad. En Lugo, lugares como Orbazai o Bocamaos de Arriba cumplen con esos criterios, pero urbanizar allí es otro cantar.

Orbazai, Xuxaos, A Torre, O Tendeiro y Bocamaos son algunos de los 67 núcleos rurales fuera de ordenación. Pertenecen a ese 5 % del PXOM lucense en suspenso desde hace años, y que ahora espera el visto bueno de la Xunta. Como ejemplo, un vecino de Bocamaos cuenta el caso de un joven que frenó su intención de trasladarse a la aldea. «É un chaval de Montirón que vive de alugueiro e que ía mercar unha casa aquí. Quería poñer un porche e xa lle dixeron que non ía poder ser, que era ilegal, co cal xa non a mercou», recuerda.

A un puñado de kilómetros, en Orbazai, sucede algo parecido. «Aquí hai moita xente que querería construír e non pode, e algún veciño leva anos para facer unha granxa, e tampouco», cuenta un lugareño. Allí el entorno es privilegiado, con unas vistas envidiables del río y a la ciudad que llaman la atención de muchos compradores potenciales que, sin embargo, dudan a la hora de dar el paso. «Temos medio apalabrada unha parcela pero non acabamos de pechala pola incerteza. Queremos que todo sexa legal, e como descoñecemos se será edificable, estamos agardando», lamenta.

La lentitud de la burocracia lo lastra todo. Frena la fijación de población en el rural (un reto demográfico) y también pone cortapisas a la parte económica. En el momento en el que se pueda construir, los particulares pondrán en marcha las obras, generando puestos de trabajo en un momento especialmente delicado. Cuando antes esté listo el PXOM, mejor para todos, dicen.