«Métense onde non deben e chaman ata os domingos pola noite», señala

María Guntín
Graduada en Periodismo por la UCM y Máster en Periodismo Avanzado Multiplataforma de La Voz de Galicia. Yo escribo desde la delegación de Lugo, pero tú puedes escribirme a maria.guntin@lavoz.es

Con esa luz rosa y madrugadora que se cuela entre las nubes para descansar sobre la gran capa de nieve que cubre todo el concello de Pedrafita do Cebreiro, su alcalde, José Luis Raposo, espera a las nueve de la mañana frente al parque de maquinaria municipal. A menos ocho grados de temperatura, el regidor —que confiesa orgulloso conocer «por onde lle entra auga na casa de cada veciño», ya que lleva 34 años al frente del ayuntamiento— aguarda subido al tractor quitanieves. Con destreza y agilidad, demuestra que lo suyo con las máquinas no es un posado forzado. Es su hábitat natural, y desde hace décadas. Allí, en la nave, aparca el tractor para subirse a la cabina de un camión de bomberos con cuña acoplada para despejar la nieve y empieza entonces un viaje movidito. «Cubrimos os 52 núcleos de poboación do concello, e ás veces, tamén estradas que non son nosas, en determinadas circunstancias e ante unha urxencia, non podemos dicir que non», explica Raposo. Él es más de carretera que de despacho. No hay día que no coja la quitanieves, especialmente en tiempos de mucha afluencia de turistas, como ocurrió en el ayuntamiento estas últimas semanas. «Ás veces chámanme ás nove da noite un domingo porque algún viaxeiro se meteu onde non debía. E aló vou, non me queda máis remedio que botarme ao asfalto», dice el alcalde.

En los últimos días, Pedrafita y especialmente O Cebreiro han tenido muchos visitantes, «isto parece a praia de Miño, e en tódolos núcleos», cuenta Raposo, que también puntualiza que, en tiempos de coronavirus, «botarse en trineo pola neve» es una actividad segura ya que la posibilidad de contagio, augura, es prácticamente nula si se mantienen las distancias interpersonales y se hace uso de la mascarilla. Sin embargo, lo de rescatar turistas es algo más bien habitual en plena temporada invernal. El principal problema cuando se producen muchos desplazamientos es la falta de aparcamiento en O Cebreiro, «algo que non ten solución porque a montaña é como é», dice el alcalde. A veces, cientos de coches se acumulan en el arcén de la carretera, impidiendo el paso de máquinas quitanieves, lo que en años pasados se ha traducido en una avalancha de multas.

Desde el Concello, a los que visiten O Cebreiro les recomiendan llevar siempre una pala en el maletero para poder hacer un pequeño hueco en el que aparcar, junto a algún muro o cerca de alguna casa, sin interrumpir así el tráfico de la carretera. Además, las cadenas son imprescindibles, aunque muchas veces no sea necesario usarlas.

Conducir una quitanieves

El alcalde admite que «hai que ter moito valor» para conducir este tipo de máquinas y que hasta a él, a veces le tiemblan las piernas. Buena parte de los aproximadamente 900 residentes que tiene Pedrafita ha llamado alguna vez a Raposo «para preguntar se vou pasar».

Estos últimos días han sido de mucho trajín para Raposo. «Isto non é unha broma. Ir quitar neve implica coñecer cada milímetro da estrada porque coa cantidade de neve que hai, nunca sabes onde pode estar o terraplén», cuenta el experto, que añade la dificultad de trabajar sobre carreteras estrechas y cubiertas de hielo. «O normal é ir para a cuneta de vez en cando», asume a la vez que puntualiza que, puntualmente, hay núcleos que quedan incomunicados. Raposo sabe bien lo que es descender 100 metros cuneta abajo, «ás veces teste que tirar para salvar», recalca. Además, no es recomendable que viaje una sola persona en la quitanieves, «polo que poida pasar». Las noches con más nevadas, por las carreteras de este concello transitan hasta 30 máquinas quitanieves, que se encargan despejar la carretera para que los más madrugadores puedan transitar y llegar puntuales al trabajo.

Tres o cuatro metros de nieve

Pedrafita do Cebreiro lleva ya unas semanas cubierta de blanco. «Hai sitios nos que a neve chega aos tres ou catro metros de altura. Onde máis cae é nas zonas máis altas, en O Cebreiro», explica el alcalde, que excusa su destreza con las quitanieves en que, hace ya un tiempo, trabajó en el mantenimiento de la maquinaria. Aún así, en este concello de la comarca de Os Ancares «nevaba máis antes, aínda que agora parece que cae con máis intensidade e deseguido», dice Raposo. Esta semana, en este idílico paraje de la montaña lucense, las ramas de los árboles rozaban el suelo por la gran capa de nieve que sostienen, y que se adhiere como consecuencia de las heladas.

El parque de maquinaria del Concello de Pedrafita es mixto, todos los vehículos están perfectamente adaptados para despejar los caminos cada invierno, pero también tienen otros muchos usos e incluso son reparados allí.

En Pedrafita, es tal la cantidad de nieve que se acumuló en los últimos días que los vecinos lo tiene claro: «Hai neve para rato. Das zonas máis altas non marcha ata marzo, por moito que chova».