La Federación Vecinal y Galicia Baleira insisten en crear en el viejo hospital de Calde un centro de mayores

La Voz LUGO / LA VOZ

LUGO

El hospital de Calde, en Lugo
El hospital de Calde, en Lugo Carlos Castro

Consideran que está perfectamente preparado para ser residencia y centro de día

20 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La Federación de Asociacións de Veciños de Lugo y el colectivo Galicia Baleira han pedido una reunión con la conselleira de Política Social, Fabiola García, para solicitarle que el viejo hospital de Calde se convierta en un centro de mayores, con una parte para residencia pública y otra para centro de día.

Esta demanda no es nueva para los colectivos vecinales y de defensa de la Galicia interior. El pasado mes de agosto ya hicieron pública su petición, en la que ahora insisten después de ver cómo Política Social cedía el viejo local de Aspnais a Afalu y Arume, liberando espacio en Calde.

Para la Federación y Galicia Baleira, Calde está «totalmente preparado para acoller persoas, fixéronse reformas recentemente», y puede acoger el centro de mayores. Recuerdan que ofrece más de 200 plazas equipadas y que ahora mismo se está infrautilizando.

Los vecinos sustentan su demanda en que desde hace 40 años «non se crean prazas públicas en residencias de maiores». Esto obliga a muchos a recurrir a plazas privadas cuyo coste medio puede rondar los 2.200 euros al mes, cuando la pensión media de los lucenses se sitúa en 700 euros.

Recuerdan los colectivos que se prevé crear una residencia de mayores en los terrenos del viejo Xeral que constará de 120 plazas y cuya construcción será costeada por la Fundación Amancio Ortega, para luego pasar a manos de la Xunta. Por todo ello, apuntan los vecinos, la Xunta debería aprovechar las instalaciones de Calde para crear plazas residenciales y también un nuevo centro de día. «Utilizar Calde como centro de maiores significaría evitar o desarraigo da poboación de Lugo. Se naces en Lugo e che dan unha praza, por exemplo, en Pontevedra, non coñeces nin o lugar nin a xente», subrayan.