Un pacto entre Fiscalía y defensa rebaja de 26 a 3 los años de cárcel para un cabecilla de la Carioca
LUGO

Su abogado pedirá que a la pena se resten los 19 meses que José Marcos Grandío Ascariz estuvo en prisión provisional
11 nov 2020 . Actualizado a las 18:19 h.Fiscalía y defensa han acordado reducir la pena a la que se enfrentaba el propietario del club Eros, José Marcos Grandío Ascariz, que está acusado de prostitución, de atentar con derechos de los trabajadores, de inmigración ilegal y de posesión de armas de forma ilícita. En un primer momento, el proxeneta se enfrentaba a 26 años de cárcel que, finalmente, serán 3 años y 6 meses. El juicio, enmarcado dentro de la operación Carioca, tenía previsto celebrarse este miércoles en la Audiencia Provincial de Lugo y se ha saldado con un acuerdo de conformidad.
La defensa ha recordado que el procedimiento estuvo paralizado en diversas ocasiones por lo que justificó como atenuantes las dilaciones indebidas en el proceso judicial al no ser causas imputables al acusado. Cinco de las mujeres a las que prostituía Ascariz serán indemnizadas con 1.500 o 1.000 euros, dependendiendo del caso y en total, la cuantía de la multa asciende a 4.000 euros y las indemnizaciones para las mujeres, a 6.000.
El abogado de Grandío Ascariz, declaró a las puertas de la audiencia lucense que reiterará la solicitud de suspensión de la pena de cárcel y el abono de la prisión provisional, puesto que el propietario del Eros ya estuvo en prisión 19 meses. Se mostró también satisfecho con el acuerdo y confía en que se conceda la suspensión para que los meses de prisión dejen de ser 42 y pasen a 18, por lo que el propietario del Eros podría no entrar en prisión.
Mujeres extranjeras y desamparadas
El administrador y propietario del Eros contactaba con mujeres extranjeras que atravesaban una situación económica muy precaria y les pagaba el viaje a España, donde las obligaba a prostituirse.
En los locales propiedad de Grandío Ascariz se prostituían mujeres, tal y como indican las diligencias previas a este caso, en las que figuran varias testigos protegidas. A una de ellas la conoció en una discoteca de Venezuela y le ofreció venir a España para prostituirse. Le facilitó dinero y billete de vuelo, diciéndole que debía devolverlo todo al llegar. Le explicó también qué decir en el aeropuerto y que la cantidad que debía era de 2.800 euros. En julio de 2009, la testigo protegida llegó a España, Grandío la recogió en el aeropuerto y le dijo que, hasta que pagara la deuda, debía vivir en el club y no podría salir sola puesto que debía hacerlo acompañada por él o por su mujer. Mientras no pagó tal cantidad, la joven le dio todo lo que ganaba a Grandío Ascariz, por lo que tuvo que seguir pidiéndole dinero si lo necesitaba y este se sumaba a la cantidad que ya debía. Algo similar hizo el proxeneta con otra mujer venezolana a la que, sin embargo, no le detalló que sería prostituida en España asegurándole que le encontraría un buen empleo. Estas dos testigos fueron obligadas a prostituirse en el Eros y a vivir allí.
Las condiciones, se recoge en el escrito, eran extremadamente duras: solo «libraban» un día a la semana, si tenían la regla podían descansar el primer día por lo que el resto debían usar esponjas vaginales que compraban en el club por dos euros para así, poder trabajar. Su horario empezaba a las seis de la tarde y terminaba a las cinco de la madrugada durante la semana, puesto que los sábados y domingos, se alargaban aún más.
El precio mínimo del pase de media hora lo fijaba el acusado y era de 53 euros. Debían pagar 40 al club cada día. Las dos mujeres a las que aquí se hace referencia fueron prostituidas hasta finales del año 2009, que fue cuando se entró y registró el Eros.
Las mujeres debían pagar multas si llegaban tarde al club y carecían de cualquier tipo de derecho. Lo que costaba cada pase y las condiciones de cada una variaban y, en todo caso, las fijaba Marcos Grandío Ascariz.
De las diligencias previas se extrae que en el año 2004, Grandío junto con su socio compraron el club Eros por 226.800.000 pesetas. Es decir, 1.363.095 euros a pagar en diez años. Al año siguiente, estos «empresarios» redactaron un nuevo contrato de compraventa por un importe de 1.320.000 euros, precio similar al de la primera vez pero con menores cuotas mensuales y ampliando el plazo de pagos a 15 años. Unos meses después, Grandío y su socio constituyeron la sociedad Eros Sociedad Limitada siendo administrador el cabecilla de la Carioca con un 52 % de las participaciones del local. Cuando se registró este club se encontraron varias pistolas que funcionaban perfectamente y también munición.