Los precursores del vino de Ribeira Sacra que ya no están

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LUGO

José Moure, en la viña de A Cova a finales de los setenta, acompañado de su hija Celsa
José Moure, en la viña de A Cova a finales de los setenta, acompañado de su hija Celsa FAMILIA MOURE

Personajes olvidados como Pepe Moure, Manuel Vázquez o Vicente Gallego tienen su homenaje en el libro de José Mouriño

05 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando Ribeira Sacra dio sus primeros pasos, hace más de treinta años, como mucho podían aspirar a ser profetas en su tierra. Los bodegueros que se empeñaban entonces cambiar el destino de un viñedo decadente no disfrutaban de la proyección actual. El territorio que ahora aspira a ser patrimonio mundial está en deuda con aquellos precursores, pero el olvido pesa sobre los nombres de muchos de los que ya desaparecieron. José Moure, Vicente Gallego o Manuel Vázquez fueron personajes ligados al mundo del vino que influyeron, cada uno a su modo, en los inicios de la denominación de origen. Abrieron luces e insuflaron ánimos cuando más se necesitaba, resume José Mouriño, autor del libro Ribeira Sacra: Origen y evolución de la denominación de calidad.

Antiguo responsable de Industrialización y Comercialización Agraria, Mouriño jugó un papel destacado en la puesta en marcha de la denominación de origen. Los detalles se desgranan en primera persona en el libro que acaba de publicar la editorial Belagua, por el que desfila gente del vino que empujó al autor a perseverar en un camino no exento de obstáculos. Entre estos personajes está José Moure, Pepe de Cuñas, apelativo que hace referencia al lugar de A Cova (O Saviñao) donde su familia levantaría Adegas Moure.

«No puedo olvidar las largas conversaciones en la bodega de A Cova, observando el hermoso atardecer con el Cabo do Mundo como testigo, hablando de la vida, que no existía sin el vino. No sé si José Moure tenía entonces una idea clara de lo que podía significar una futura D. O. Sin embargo, puedo asegurar que fue el primer contacto y la principal referencia que uno tuvo en el momento de iniciar la plasmación de este proyecto, y como tal quiero expresar mi profundo recuerdo cuando ya nos ha dejado», señala Mouriño.

«Vivía cando se fixo a adega, pero faleceu no 94, con só 68 anos. Non chegou ver os éxitos dos nosos viños», detalla el yerno de José Moure y gerente de Adegas Moure, Evaristo Rodríguez. «Era -prosigue- un home moi intuitivo para os negocios. Quixo facer o mellor viño posible na Cova e o seu maior pracer era poder compartir na adega cos amigos unha copa de viño e un bocado de xamón».

Viñedo de albariño

José Moure regentaba un almacén de vinos y aguardientes en Escairón, capitalidad del municipio de O Saviñao. Allí se podían encontrar desde graneles foráneos a vinos de cosechero de distintos puntos de la Ribeira Sacra que compraba con fino olfato. Probó suerte como empresario en el sector lácteo y con plantaciones de frutales. Enamorado del albariño, impulsó en A Cova la primera viña en el interior de Galicia dedicada exclusivamente a esa variedad.

Manuel Vázquez, a la derecha, con su hijo Juan en la bodega de Casa Moreiras en el año 2003
Manuel Vázquez, a la derecha, con su hijo Juan en la bodega de Casa Moreiras en el año 2003 ALBERTO LOPEZ

Aunque no asistieron a las reuniones en las que se fraguó la denominación, en un contexto marcado por la desconfianza y los localismos, Mouriño deja constancia de «la gran aportación y el gran apoyo moral» que recibió de personas como José Moure, Manuel Vázquez, Vicente Gallego o Javier Méndez, que sigue vinculado al negocio del vino en su empresa familiar de Chantada.

Manuel Vázquez, perito de minas y profesor de formación profesional en Vigo, falleció en el año 2006. Originario de Pantón, puso al día los viñedos de su familia en Siós para relanzar la bodega de Casa Moreiras. Una inscripción en el dintel de la entrada acredita que allí se elaboraban vinos en el siglo XVII. Esa circunstancia permitió, según detalla Mouriño, que entrase en la denominación pese a la altitud de las viñas y la ausencia de bancales. «Fue un adelantado al creer en el viñedo de altura y el primero en plantar en Ribeira Sacra viña en espaldera, asesorado por Alfonso Losada», explica Juan Vázquez, hijo del fundador y actual responsable de la bodega.

Vicente Gallego, a la derecha, charla con Gómez de Tojeiro en una reunión del 2002 de los primeros vocales de Ribeira Sacra
Vicente Gallego, a la derecha, charla con Gómez de Tojeiro en una reunión del 2002 de los primeros vocales de Ribeira Sacra RAFA PRADO

«Otro personaje que nos sirvió para fortalecer nuestro trabajo y que tristemente nos dejó fue Vicente Gallego, O Francés, que trabajó y cooperó en los inicios con todo el ahínco y buena fe», relata el autor del libro. Vocal del primer órgano rector de Ribeira Sacra, Gallego había pasado buena parte de su vida trabajando en Francia. De regreso a Quiroga, compaginó el negocio de la panadería con la bodega que llevaba su nombre, «punto de reunión y altavoz de las labores que había que realizar en aquellos momentos».

Mouriño lo define como «un hombre de viña al que el mundo comercial se le atragantaba». En el libro no se cuenta, pero de su estancia en Francia, país al que emigró con catorce años, le quedó la devoción por los vinos de Châteauneuf-du-Pape. Fue pionero en la elaboración de espumosos de godello y en reparar en el potencial de los delicados tintos de merenzao, uva que llamaba María Ordoña, el nombre que recibe en Quiroga.