Un San Froilán diferente para un tiempo distinto

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

LUGO

Las barracas del San Froilán
Las barracas del San Froilán Óscar Cela

Lugo afronta su San Froilán más raro en décadas y con la necesidad de convivir con el covid-19

04 oct 2020 . Actualizado a las 12:10 h.

Cuando Os Festicultores animaban la madrugada lucense del ya 13 de octubre del 2019 nadie se podía imaginar que unos meses después, desde el lejano Oriente, llegaría una enfermedad que solo en Lugo ha dejado al menos 90 fallecidos y que ha puesto patas arriba nuestra forma de vivir y que evitará, precisamente, que se vuelva a repetir este año la imagen de una charanga poniendo a la gente a bailar por las atestadas calles del centro histórico.

Hasta hace apenas unos días estaba incluso en duda la posibilidad de que se celebrase algún tipo de festejo o cita cultural entre el 4 y el 12 de octubre ante los problemas epidemiológicos que se detectaron en la ciudad en la segunda quincena de agosto. Finalmente, el Concello de Lugo ha optado por una fórmula de semana cultural, en la que se le da voz y presencia a colectivos artísticos que durante el confinamiento y el verano sufrieron la falta de actividad, y la vez se intenta dar un balón de oxígeno a la maltrecha economía local, especialmente a la hostelería y el comercio.

Eso sí, que se promuevan conciertos, actividades de ocio y cultura, ferias y hasta que se permitan los calderos del pulpo en el exterior de los locales no significa que haya barra libre. Las normas de seguridad y el cumplimiento de Lei de Saúde Pública serán estrictas.

Los organizadores no quieren perder las tradiciones de una ciudad que ni durante la Guerra Civil dejó de celebrar su patrón, por pequeño que fuese, pero a la vez tienen que jugar con el equilibrio de no hacer un efecto llamada a unas fiestas que ni mucho menos son como las hemos vivido durante décadas varias generaciones de lucenses y de visitantes que por costumbre se acercaban al San Froilán.

Lo que sí y lo que no

Así, este año el San Froilán no contará con algunos de los ingredientes que le han hecho famoso más allá de la avenida da Coruña o de la avenida de Madrid. Como ha sucedidos en otras fiestas desde la llegada de la nueva normalidad no habrá barracas y atracciones ni casetas del pulpo en los bancales del Parque Rosalía, que este año podrá «descansar», al igual que sus vecinos, del bullicio de los últimos años.

Tampoco habrá grandes conciertos, con artistas de renombre en escenarios abarrotados de público. Las aglomeraciones forman parte del pasado. La noche, gran aliada de cualquier fiesta gallega, no tendrá ni luces, ni charangas ni fuegos artificiales. Otras citas arraigas por estas fechas, como Expolugo (en parte heredero del mercado de ganado que dio origen a la feria de San Froilán, concedida por Fernando VI en 1754) y la feria medieval se han tenido que cancelar.

Sí se mantendrán algunas tradiciones, con más o menos limitaciones, como por ejemplo el pregón, que leyó ayer la locutora de radio Tonina Gay en el salón de plenos del Concello, en vez de desde el balcón del consistorio; o la celebración del Día de Ferrol, con la visita de la corporación ferrolana a la ciudad; o el artesanfroilán, con 21 empresas de artesanía gallegas que mostrarán sus productos en un año muy difícil para el sector; o Los Pelúdez dando guerra por las calles del centro; o el San Froilán Miúdo, con doce espectáculos dedicados a que los niños disfruten de la semana cultural.

Lo que no faltará será el Domingo das Mozas, el día más especial del San Froilán, y donde se seguirá honrando a la figura de Rosalía de Castro, y las bandas de música tradicional llenará de música la ciudad.

Todo esto en el ámbito de lo público. Otra cuestión es el San Froilán privado. Es habitual que los lucenses inviten a amigos y familiares a reuniones en sus casas para compartir la fiesta entorno a un plato de pulpo. Aquí ya entra la responsabilidad de cada uno. Y es que el picante del pulpo no está demostrado que mate el virus.