Las patronales de Lugo más accidentadas

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

LUGO

Imagen de cómo quedó la Casa de Andalucía tras el paso del Hortensia en el San Froilán de 1984
Imagen de cómo quedó la Casa de Andalucía tras el paso del Hortensia en el San Froilán de 1984 Peinó

Solo en 1898, por la Guerra de Cuba, se dejaron de celebrar las ferias y fiestas de San Froilán

05 oct 2020 . Actualizado a las 19:14 h.

En el futuro, los libros de historia local no reflejarán este San Froilán como una simple nota a pie de página. Y para los que vivirán estas fechas, será algo más que un mal recuerdo. Se hablará de él durante generaciones. En la historia contemporánea de la ciudad hubo otras incidencias o curiosidades que alteraron las patronales de Lugo, incluida la suspensión total. Estas son algunas fechas:

Cuenta Adolfo de Abel Vilela que las dos primeras ferias que dieron origen al San Froilán, las de 1754 y 1755 fueron un fracaso. Hasta el punto de que el Ayuntamiento pidió a la Corte el cambio de fechas, de octubre a agosto, para evitar el mal tiempo. En 1764 regresó la feria a octubre. Unos años más tarde, en 1769, la escasez de vino, y los impuestos para pagar las obras de la Catedral, influyeron de lleno en las fiestas

Las fiestas de 1882 casi no se llegan a celebrar. El 2 de octubre el alcalde anunciaba que el Ayuntamiento tenía dinero para ofrecer un programa. Hubo críticas en la prensa y en la calle, pero al final salieron al rescate sociedades como La Lira, el Casino o el Círculo, además de la Coral Obrero Lucense o la Banda Municipal, que programaron actividades culturales.

En 1884, otra epidemia, el cólera morbo, tenía en jaque en setiembre a la zona del Mediterráneo y el miedo a su llegada a Lugo obligó al Ayuntamiento a suspender las fiestas. Al final se celebraron, al constatar que no había llegado el cólera.

La única ocasión en que no se llegaron a celebrar las ferias y fiestas fue en 1898. Recuerda Abel Vilela que entre el desánimo por la pérdida de Cuba y la llegada a la ciudad de soldados con heridas muy graves y de fallecidos, la sociedad lucense no estaba para festejos.

En 1907, además de producirse uno de los san froilanes más lluviosos que se recordaban y que obligó a suspender actos, hubo bronca política en la ciudad entre liberales y conservadores, que solo tuvo tregua en el homenaje a Bolaño Rivadeneira.

En 1910 se tuvo que suspender el festival infantil por ausencia del gobernador civil.

La gripe de 1918 sí que afectó a las patronales. Comenzaron celebrándose pero el 9 de octubre se suspendieron por el incremento de fallecidos. Hasta el gobernador civil obligó a demoler las casetas del pulpo.

La Guerra Civil, en 1936, tuvo un San Froilán bajo mínimos, pero algo llegó a celebrarse. La crónica de La Voz de Galicia del 7 de octubre recoge como la feria de ganado del 5 tuvo poca concurrencia, hubo un partido de fútbol y las pocas atracciones se vieron empañadas por la lluvia que cayó sobre Lugo.

En 1937, el día de San Froilán quedó limitado a las funciones religiosas y a un concierto de las autoridades en el Círculo, a cargo de la orquesta España. Hubo cine en el Teatro Círculo.

El recuerdo más presente de incidencias en las patronales se vivió en las de 1984, que en aquel entonces comenzaban el 30 de septiembre. El anuncio de la llegada de una potente borrasca, de nombre Hortensia, lo cambio todo, y el 3 de octubre se suspendieron todos los actos y se cerraron las atracciones (la noria y la montaña rusa se desmontaron). Fue al día siguiente cuando llegó el caos al ferial. Los vientos por encima de los 120 kilómetros por hora y la intensa lluvia dejó imágenes para el recuerdo, con casetas y palcos destrozados. Hubo pérdidas económicas, pero las fiestas se sobrepusieron y el Domingo das Mozas, el día 7, fue todo un éxito. Había ganas de recuperar el tiempo perdido

En el 2005, el tradicional tira y afloja de barraquistas y Concello dejó a las fiestas sin las grandes atracciones mecánicas.

Y a modo de curiosidad y como presagio de que los tiempos están cambiando, el San Froilán del 2017 fue el primero del siglo XXI sin gota de lluvia y medias de 29 grados.