El Concello estudia cambiar el horario de carga y descarga en el casco histórico

Lorena García Calvo
lorena García Calvo LUGO / LA VOZ

LUGO

El Concello de Lugo estudia cambiar los horarios de carga y descarga en el casco histórico
El Concello de Lugo estudia cambiar los horarios de carga y descarga en el casco histórico OSCAR CELA

Encargará un estudio que luego analizará la Comisión de Tráfico

10 sep 2021 . Actualizado a las 11:35 h.

La movilidad está cambiando en la ciudad de Lugo. Tanto de puertas para fuera de la Muralla, como hacia el interior. La empresa encargada de poner en marcha el nuevo control de accesos al casco histórico a través de lectores de matrícula está revisando las localizaciones donde se instalarán dichos sensores, y este es uno de los últimos trámites antes de que entre en funcionamiento el nuevo sistema de vigilancia del acceso rodado.

El adiós de los bolardos y su sustitución por el control de matrículas llevará de la mano una pequeña reordenación del tráfico y también podría acarrear la modificación de los horarios de carga y descarga que rigen intra muros actualmente. El Concello quiere optimizar y racionalizar al máximo la carga y descarga, y para ello ha encargado un estudio cuyas conclusiones analizará la comisión de Tráfico. A partir de ahí decidirán si se mantienen los horarios y los accesos actuales, o si se modifican.

En el casco histórico rigen dos horarios diferentes de carga y descarga. En las zonas de señalización vertical se puede acceder de 9 a 13 y de 16 a 19 horas, mientras que en las zonas peatonales solo se permite de 8 a 12 y de 15 a 17 horas. Ahora mismo, señalan, hay mucha picaresca en cuanto a la carga y descarga, y el incremento de las empresas de paquetería, con horarios diferentes a los de reparto de la hostelería, por ejemplo, deberán contemplarse. Para acceder al corazón del casco histórico únicamente los vehículos de reparto que disponen de autorización pueden hacerlo, y lo mismo sucederá cuando se implante el nuevo control. En caso de que carezcan del permiso, instantáneamente se cursará la correspondiente sanción.

Más allá de lo que afecta al transporte de mercancías, lo que el Concello persigue con los cambios en el control de acceso es optimizar el servicio y también jubilar los actuales bolardos, obsoletos y para los que ya no hay repuesto. Pero, a mayores, el nuevo control esperan que redunde en el cuidado de la Muralla, cuyos principales enemigos son la contaminación y las vibraciones.

El nuevo control de acceso al casco urbano acarreará cambios en la circulación

Con el nuevo control de accesos, los 3.000 residentes autorizados en la actualidad seguirán disponiendo de permiso para adentrarse por las calles más céntricas de la urbe, igual que los vehículos especiales.

La puesta en marcha del nuevo control por lectura de matrícula supondrá algunos cambios en la circulación. En la actualidad, los residentes, los transportistas y los vehículos que disponen de permisos especiales pueden entrar a través de seis puntos de control. La Rúa do Progreso, que tiene entrada y salida; la calle Luis Peña Novo, con entrada; la rúa Armayá, que sirve de salida; la Porta de Santiago, que funciona como acceso; la Praza da Constitución, que opera como salida; y la confluencia de la Ronda da Muralla con la calle Vilalba, que sirve de acceso.

Una vez que se quiten los bolardos y se instalen los lectores de matrículas, la confluencia con la rúa Vilalba pasará a servir de entrada y salida al casco histórico, y lo mismo sucederá con la Porta Miñá.

Estas modificaciones implicarán reordenar el espacio urbano en el tramo peatonal de la Ronda que va desde las calles Vilalba y Bispo Aguirre, de forma que el acceso se hará por la zona más próxima al adarve, mientras la salida por la franja más cercana a la Ronda. Esto implicará cambios en los semáforos.

El covid también retrasó el cambio de los bolardos por la lectura de matrículas

El 15 de septiembre del año pasado, la alcaldesa, Lara Méndez, acompañada por el jefe de la Policía Local, Jesús Piñeiro, presentó el nuevo sistema de control del acceso rodado al centro histórico de la ciudad. Entonces avanzó la sustitución de los bolardos por un sistema de lectura de matrículas y detalló que el contrato para el nuevo modelo ascendería a 349.645 euros. En noviembre se adjudicó a El Corte Inglés el encargo, y la empresa tenía por delante cinco meses para poner en marcha el sistema.

El problema, como en tantos otros ámbitos, fue que el coronavirus se coló por el medio y la compañía no pudo cumplir con el plazo acordado inicialmente. Ahora están dando los últimos pasos antes de la instalación de los nuevos lectores y en el Concello prevén que el sistema pueda entrar en funcionamiento muy pronto. Apuntan que previsiblemente habrá que hacer algunas obras menores, pero confían en que la modernización del control no se demore.