Más de cuatrocientos turistas vieron la Ribeira Sacra desde el aire este verano

Los viajes en globo aerostático por la Ribeira Sacra, en este verano de la nueva normalidad, únicamente se han encontrado con un impedimento para despegar, y solo en días concretos: la niebla del Sil y del Miño. El contexto de la crisis sanitaria por el covid-19, en cambio, no ha frenado la actividad de estos aparatos aéreos que, pese a la reducción en el flujo de turistas, no han dejado de alzar el vuelo. Los meses de julio y agosto se despiden con una afluencia de pasajeros mejor de la esperada por las dos empresas que ofrecían esta alternativa de ocio.

Alta demanda

Actualmente, las dos empresas que ofrecen vuelos en globo sobre la famosa y atractiva composición paisajística del territorio en el que se unen el Sil y el Miño son Globos Boreal y Aerotours. Ambas tienen en previsión de continuar con la actividad todo el mes de septiembre e incluso alargarla a las primeras semanas de octubre en caso de que la demanda se mantenga.

Globos Boreal, que empezó en agosto su actividad en esta zona, elevó a la vista de águila a alrededor de setenta turistas, repartidos en siete viajes diferentes. «Hicimos siete viajes este último mes. No es mucho, pero es lo que hay. En todas partes está siendo un año extraño para el turismo», cuenta Javier Tarno, propietario y primer piloto de la empresa. Añade que, en su mayoría, los viajeros procedían de diferentes puntos de la comunidad gallega y que las reservas -recibidas de un día para otro- se hacían, mayoritariamente, para los fines de semana.

Para los viajes en la Ribeira Sacra, la empresa cuenta con globos de tamaño mediano, con capacidad para entre diez y doce plazas. Otras aeronaves que Globos Boreal utiliza en países como Kenia o Birmania pueden llevar hasta 24 personas. «Aún así, el tamaño mediano es bastante grande y la gente que no está acostumbrada a ver globos se asombra», relata Tarno.

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