Los músicos y pinchadiscos se adaptan en las fiestas y vermús para evitar «que la gente se venga arriba»
11 ago 2020 . Actualizado a las 11:41 h.Interpretar el ánimo de la gente, modularlo y conseguir que baile como si no hubiera un mañana. Ese era el objetivo que les gustaba alcanzar a los djs y que la pandemia de covid-19 ha cambiado por completo. Cuando los organizadores de eventos los llaman para encargarles un trabajo les piden ahora todo lo contrario, que la gente se mantenga sentada, que esté animada, pero no desatada. «Nos piden que no nos vengamos arriba», señala Gabriel Martínez.
«O dj non pode ser dj porque pon música para xente sentada e non pode animalos, ao contrario que antes», se quejaba esta semana el gerente de un pub en Lugo, que se ha decantado por un repertorio más tranquilo. Siente que así ejerce un mayor control de las medidas sanitarias en su local, donde es más fácil que la clientela mantenga la distancia de seguridad sentada y no en movimiento en un espacio cerrado.
«Que no la líes»
«Sí que es verdad que cuando te encargan algo ya te dicen que no la líes», confiesa. Así se lo transmitieron cuando le invitaron a participar en el programa de Tardeos na Tinería, que ofrece una sesión con dj todos los jueves y viernes, de seis a diez de la noche.
En otros eventos similares a la hora del vermú también le pidieron contención. «Si a la gente le das cancha, se viene arriba, así que intentamos que sea animado, pero que tampoco se convierta en una discoteca, que se lo pase bien, pero que no moleste», señala Martínez.
«Llevo un poco más preparada la cosa y cuando voy de tarde procuro llevar un poco de todo»
Ha tenido que preparar con un poco más de tiempo el repertorio para seleccionar temas menos conocidos y dejar fuera aquellos que animarían al más arrítmico del evento. «Llevo un poco más preparada la cosa y cuando voy de tarde procuro llevar un poco de todo», apunta. Si antes elegía para terminar música electrónica, ahora suena más funky.
Para Martínez, la hora de cierre de los eventos —la música en A Tinería se apaga a las diez de la noche— contribuye al cumplimiento de la norma. «Si lo llevaran más allá de las 0.00 sí se desmadraría un poco», razona.
Desde la cabina que le habilitaron en las pinchadas de los últimos días ha visto «precaución, muchas mascarillas y todo el mundo siguiendo las normas». Incluso destaca algo positivo en la distancia de seguridad: «Ya nadie se acerca a pedirnos temas. Se agradece».
«Estou tremendo por que se me levante a xente e se poña a bailar»
El ocio nocturno ha tenido que reinventarse después de que las autoridades sanitarias establecieran una serie de limitaciones incompatibles en muchos casos con las refriegas en la pista de baile. Temerosos de que la música pueda despertar el ansiado desenfreno nocturno, los responsables de los pubs piden a sus djs contención. «Estou tremendo por que se me levante a xente e se poña a bailar», reconocía esta semana el gerente de un conocido pub de Lugo.
Responsables de locales de ocio nocturno aseguran atravesar un «momento complicado» por el temor a registrar un positivo por covid-19 en sus salas y porque eso significaría en algún caso el cierre definitivo.
«Estou tremendo por que se me levante a xente a bailar e saltar, teño que telos aí tranquilos e en vez de ser unha música cañera como se estaba a poñer antes, agora ten que ser tranquila», explica uno de los empresarios de la noche lucense, que vaticina un giro radical del modelo de negocio a partir de otoño, cuando el mal tiempo les obligue a prescindir de las terrazas.
