El reencuentro de veinte artistas gallegos con su propia obra

VÍCTOR LÓPEZ

LUGO

JORGE ESPIRAL

Jorge Espiral ofrece este agosto una exposición de esculturas y pinturas creadas durante el confinamiento

04 ago 2020 . Actualizado a las 19:55 h.

La cuarentena no fue tarea fácil y hay a quien se le hizo más larga de lo esperado. Las horas muertas y la falta de rutina causaron la desesperación de más de uno, pero también la inspiración de algún que otro, sobre todo de aquellos cuya vena artística es más franqueable.

Jorge Espiral, que regenta junto a su mujer Ana las dos salas que la Galería Catedral tiene en Lugo, encontró la solución perfecta para saciar el aburrimiento y aprovechar la destreza con los pinceles, las témperas y las figuras escultóricas que caracteriza a los más virtuosos de su entorno. En este contexto, y «viendo que el encierro iba para largo», les propuso a los artistas con los que suele trabajar dejarse llevar por el instinto creativo. El objetivo no era otro que poder reencontrarse en la galería una vez el confinamiento llegase a su fin. Poder volver a verse las caras e intercambiar impresiones por medio de una macroexposición argumentada en la pandemia.

JORGE ESPIRAL

A finales de junio, las dos salas que integran el centro de arte, una en Bolaño de Rivadeneira 17 y la otra en Bispo Basulto 12, abrieron sus puertas a las pinturas y esculturas que sus propietarios iban trayendo, cada uno desde su rinconcito perdido del enclave gallego. Así es como ahora ambas salas cuelgan en sus muros «la obra que veinte artistas parimos durante el confinamiento», tal y como dice Jorge, que recuerda con aprecio «los ánimos y el recelo constante» que se intercambiaron los artistas desde que se decretó el estado de alarma.

Variedad de referencias

«Hay gente que hizo guiños más evidentes a la epidemia o al bicho, otros lo tratamos de una forma más implícita, pero en todas las creaciones se percibe la incidencia del virus», apunta Jorge Espiral, que reconoce que él no quiso reflejar de forma directa la situación en su obra porque «no se merecía un homenaje». Aún así, las series que tiene expuestas con su firma, que llevan por título «Abril», ponen de manifiesto que el encierro no fue jubiloso para él, sino todo lo contrario: «Yo era muy colorista, me volví mucho más cromático, los toreros que protagonizan las estampas están tristes y amargados, cambian los ruedos por el cigarro y la barra del bar». Para Jorge, que apostó durante el confinamiento por tonos más azules y fríos, pintar era «una herramienta para evadirme». ¿El resultado? Ni más ni menos que dieciocho cuadros.

Además, en la exposición hay otras obras como «Primera Línea», un homenaje a los sanitarios en forma de grupo escultórico al que dio vida Álvaro de la Vega, o «Señorita Virus», una clara referencia al germen de la oleada.

Un total de casi 70 obras, separadas de acuerdo con la distancia de seguridad, que se pueden disfrutar gratuitamente durante todo el mes de agosto en la Galería Catedral, de lunes a sábado, en horario de mañana y de tarde.