Los vecinos creen que podrían estar causadas por ahuyentadores de jabalíes
04 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Antes de que empezase el confinamiento, vecinos de Acea de Olga se despertaban por las noches por el ruido provocado por varias explosiones que se producían bien entrada la madrugada. Durante una sola, se llegaron a registrar varias detonaciones con una cierta separación en el tiempo. Los residentes, asustados por lo ocurrido, llamaron a la Policía Nacional para saber qué era lo que estaba ocurriendo y el origen concreto de las explosiones. Desde que se decretó el confinamiento, cesaron repentinamente los ruidos, pero ahora, en la nueva normalidad, las detonaciones han vuelto entre las doce y las cuatro de la mañana. «Hay quien dice que primero se ve una llamarada y que después, es cuando se escucha el ruido», explica un vecino de Acea de Olga, que también cuenta que hace tan solo dos días la explosión despertó a medio vecindario a las dos de la madrugada. Agentes de la Policía Nacional se desplazaron a la zona de nuevo y, explican los residentes, «dijeron que no podían hacer nada porque se desconoce el origen».
Ahuyentadores de jabalíes
Hay gente que apunta al gas como detonante o que dice que podría tratarse de alguien que utiliza ahuyentadores de jabalíes, que son muy molestos y ruidosos. La zona de Acea de Olga es cercana al río, y alguien podría usar estos artefactos para alejar a los suidos de una zona que está habitualmente frecuentada.
Sin embargo, otros vecinos aseguran que tienen mucho miedo de que las explosiones se estén produciendo en un edificio y que estas puedan derivar en el derrumbe de alguna pared del inmueble.
Las comunidades de vecinos de la zona se plantean colocar cámaras para poder así denunciar los hechos ante la policía
Las explosiones concentraron a altas horas de la madrugada a buena parte del vecindario en los balcones de las viviendas situadas entre Estrada da Granxa y Marqués de Sargadelos, y también en las aceras de las rúas.
Algunas comunidades de vecinos ya se plantean colocar cámaras para intentar averiguar el origen de las explosiones. «De hecho, nos lo recomendaron los agentes, nos dijeron que pusiésemos cámaras no orientadas hacia las ventanas que podrían permitir obtener algún indicio del lugar en el que se están produciendo las detonaciones», explican los vecinos.
Sin embargo, la colocación de las cámaras en las distintas comunidades de vecinos deben aprobarse primero en una junta, por lo que se demorarían más de lo necesario.
«Aquí hay gente mayor, y el otro día bajó todo el mundo a la calle porque el sonido fue brutal. Saltamos de la cama», comenta un vecino de la zona.