La Hidrográfica no da permiso para ampliar la protectora

María Guntín
María Guntín LUGO / LA VOZ

LUGO

En algunos caniles de la protectora viven hasta cuatro o cinco perros
En algunos caniles de la protectora viven hasta cuatro o cinco perros OSCAR CELA

Pasados los seis meses de la petición de la Diputación, aún no ha contestado

16 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La Confederación Hidrográfica de Miño-Sil no da permiso para la necesaria ampliación de la Protectora de Animales y Plantas de Lugo. La Hidrográfica había presentado un informe que sancionaba a la Diputación de Lugo porque las instalaciones de la protectora están situadas sobre un regato. En noviembre, el organismo provincial presentó un recurso en el que los técnicos explicaron que el regato no impedía que las instalaciones siguiesen funcionando en Muxa y que tampoco imposibilitaba la ampliación. La Hidrográfica tenía un plazo de seis meses y en la Diputación señalaban ayer que todavía no habían obtenido respuesta. La obra salió a licitación hace más de un año con un presupuesto de 345.000 euros y, sin trabas burocráticas por el medio, los trabajos tendrían que haber concluido antes de este invierno.

Un total de 400 perros

En la Protectora de Animales y Plantas de Lugo viven aproximadamente 200 perros, a los que se suman otros 200 que están en casas de acogida. Es decir, la entidad se hace cargo de cerca de 400 animales. Problemas de saneamiento se suman a la falta de espacio que sufren a diario los canes. En invierno, el agua se congela y en verano, los techos de chapa hacen que los canes sufran el calor. Desde la protectora explicaban ayer que necesitan saber si se van a tener o no que mudar porque la burocracia parece eterna.

¿Tendrán que buscar nueva instalación?

En la Protectora de Animales y Plantas de Lugo contemplan a la posibilidad de tener que trasladarse. Además, llevan mucho tiempo esperando la ansiada ampliación y se encuentran en la tesitura de decidir si invertir o no en la subsanación de algunas carencias. Ante la duda de si tendrán o no que mudarse no pueden actuar, porque les da miedo tirar el dinero. «Nos cuesta mucho llegar a final de año con el presupuesto con el que contamos, y hacemos muchos eventos para recoger pienso o material que necesitamos, por lo que no podemos jugárnosla», apuntaban ayer desde la Junta Directiva de esta entidad.

A los animales nunca les ha faltado comida, pero las necesidades que tienen son muchas otras. Algunos se pasan hasta una semana sin salir del canil y en varias de las jaulas, conviven hasta cuatro o cinco canes.

Falta de mantenimiento

Además, las instalaciones necesitan un mantenimiento que no tienen. De vez en cuando hacen arreglos y se permiten reparar un techo que filtra agua y que desborda el canil con los animales dentro, pero no pueden hacer mucho más. Por el momento, solo piden a la Hidrográfica que responda para saber si llegará o no la ampliación.

Los voluntarios son los responsables de buena parte de los paseos que reciben los perros de la protectora, y son aproximadamente 15 personas las que acuden habitualmente hasta el albergue. Cada invierno, se suman algunos estudiantes de la Facultad de Veterinaria, que también hacen su parte del trabajo.

Los 70 perros de la Avenida de Madrid, alimentados, pero cubiertos de parásitos y sarna

Ayer, la Protectora de Animales y Plantas de Lugo remitió al Concello el informe veterinario que determina el estado de los 70 animales que viven en una casa okupada de la Avenida de Madrid. No están desnutridos, pero tienen todo tipo de parásitos y alguno, expulsa gusanos o presenta sarna. Además, están hacinados y se constata la falta de limpieza en la parcela en la que viven.

Ayer, la Diputación confirmó que la parcela sobre la que se sitúa el inmueble es de su titularidad y que la expropió en el año 2012.

Servicios Sociales

Hoy acudirán al inmueble de la Avenida de Madrid una trabajadora y una educadora social para intentar evaluar a Fernando Fornes, siempre y cuando él acceda. En el programa ‘Sen Teito’ y en el Sergas no hay historial de este hombre, que vive en este inmueble desde el año 2013 y que, explica, ha ido «rescatando» perros abandonados.