Una mañana bastante desapacible ha hecho que los que decidieran recuperar las barras para tomarse el café o la caña fuesen los menos.
08 jun 2020 . Actualizado a las 20:45 h.La fase 3 del plan de desescala trae pocos cambios importantes a Lugo más allá de la libertad de movimiento entre provincias y uno en particular que parecía crucial para una ciudad tan dependiente de la hostelería: Las barras de los bares.
Clientes apostados cada dos metros en las barras era lo que casi todos esperábamos ver en los bares de la zona de vinos de Lugo con el cambio de fase, pero una mañana bastante desapacible en lo meteorológico y el hecho de ser lunes ha hecho que los que decidieron recuperar las barras para tomarse el café o la caña fuesen los menos.
Todo apuntaba a que encontrar hueco en una ciudad tan aficionada al taburete y las buenas tapas iba a estar complicado, pero la gran mayoría de los hosteleros coinciden en que «la gente quería ir de bares, la barra es lo de menos». Así lo reconoce por ejemplo Antonio Blanco, del Café del Centro, que reabrió hace solo quince días, nueve semanas después de una clausura inédita tras 116 años abierto ininterrumpidamente. Blanco asegura que a lo largo de la mañana pocos hicieron uso del interior del local «en esta época la gente lo que quiere es terraza, las barras son lo de menos», dice. Además, asevera, «mucha gente aún tiene miedo».
En la zona de Campo Castelo son todos de una opinión similar. El responsable del Vitato afirma que a lo largo de la mañana «ni el 30% por ciento entraron al bar”. Un porcentaje que en O Figón confiesan que aún es menor.
«Aunque el tiempo esté como hoy, mientras no llueva, la gente prefiere estar fuera» sostiene el propietario del Bar Manolo.
En A Tasca, un clásico de la Rúa da Cruz, José Luis Rodríguez reconoce que sí hubo algún momento a lo largo de la mañana con cierto ambiente en la barra, «aunque nada como antes de esto, claro». Este veterano detrás de una barra, tiene sus propia teoría: «A los que somos de cafés nos faltan los periódicos», afirma con rotundidad. «Nosotros compramos diez todos los días. Aquí por la mañana ponemos muchos cafés, la gente viene a tomar el café y leer la prensa, pero ahora...» dice con cara de duda.
También en la Rúa da Cruz está el Cinco Vigas. Allí el camarero desinfecta la zona de los tiradores mientras cuenta que está siendo un día raro y reconoce que «hoy a la barra le hemos dado poco uso».
Uno de los locales con más animación este mediodia era el Tosar, en la zona de la Praza do Campo. Pepe Romay atiende a tres clientes en la barra mientras explica que a lo largo de la mañana «aún hubo bastante movimiento». A pesar de eso, como la gran mayoría de los consultados, asegura que a las puertas del verano la gente prefiere la terraza.