El lunes volverá «la normalidad» al colegio Frei Luis de Granada de Sarria

María Guntín
María Guntín SARRIA / LA VOZ

LUGO

Alberto Vázquez

La Consellería de Educación encarga un proyecto de rehabilitación integral para el centro

30 ene 2020 . Actualizado a las 22:35 h.

El lunes volverá la normalidad al colegio Frei Luis de Granada de Sarria, apuntalado desde hace varios días. Así lo confirmaron desde la Xunta. Esta semana acudieron al centro algo menos de 50 alumnos, y están matriculados casi 400.

En la antigua Escola Fogar ya se están realizando obras de acondicionamiento y las clases se trasladarán hasta allí el próximo lunes. Cuatro de las doce aulas están disponibles y ya se inició el traslado de los pupitres a este nuevo espacio. Asimismo, el sistema de calefacción ya ha superado una prueba de funcionamiento durante el día de ayer, por lo que hoy ya funciona. La actividad del grupo de infantil, que se realiza en otro edificio, no estará afectada por las intervenciones.

La Consellería de Educación, Universidade e Formación Profesional encargó la redacción de un proyecto de rehabilitación integral para el colegio con el objetivo de evaluar las soluciones definitivas a las deficiencias detectadas que, añaden, no afecta a la seguridad estructural del inmueble, tal y como confirmaron los informes técnicos externos.

A mayores, desde Educación explican que estos días están agilizando trámites administrativos de contratación necesarios para empezar las obras de refuerzo de los voladizos del centro de forma inmediata, después de recibir la solución técnica propuesta por el especialista en Estruturas de la Universidade da Coruña.

La solución técnica contempla la instalación de vigas metálicas apoyadas en los encepados de los pilares, un refuerzo que limitará los posibles movimientos de los forjados y, por lo tanto, evitará fisuras.

En el informe se informa de que el edificio fue objeto de una prueba de carga que resultó favorable, por lo que desde la Xunta garantizan la seguridad del centro educativo.

Algunos padres se mostraban molestos a la salida de los alumnos del centro, «hai bidóns no sitio polo que saen, e iso pode ser perigoso para os nenos», explicaba el padre de un pequeño. Otro progenitor añadía que estaba arrepentido de haber llevado a su hija al colegio desde que este se había apuntalado.