«Algo más que un revés en Pumarín»

Ricardo Hevia POR RICARDO HEVIA

LUGO

ALVARO CAMPO

Tras la debacle en la cancha del Oviedo, el ascenso directo del Breo empieza a parecer una quimera

26 ene 2020 . Actualizado a las 17:37 h.

Batacazo, y de los gordos, en Oviedo. Para nuestro Breo, el pabellón de Pumarín volvió a ser un fortín. Hablar de antecedentes no sirve de nada. Que el Liberbank Oviedo solo hubiera ganado dos partidos en casa no fue un dato relevante, puesto que hace ocho días, en la pista del poderoso Palma, el equipo ovetense jugó a un alto nivel y este sí que era un dato a tener muy en cuenta. Y como se temía Epi, el juego interior fue determinante. Hay un dato aterrador: entre los seis hombres altos del Leche Río Breogán, aquellos que tienen que jugar más o menos cerca del aro (Gavrilovic, Nogués, Nurger, Olah, Fall y Powell), anotaron 29 puntos, mientras que los cinco que jugaron con el Oviedo en esa posición hicieron 59. Solo entre Arteaga y Jakstas, 36.

Y se puede hablar de más problemas que no son nuevos. Desde que finalizó el encuentro en Madrid frente al Real Canoe, Cristian Díaz está desaparecido. El sábado acabó con -4 de valoración y este jugador estaba siendo la noticia más positiva de la temporada; en cambio ahora, con su languidecer, el agujero en esa posición se agranda. En un club tan hermético como el Leche Río Breogán nunca se sabe si hay inquietud o si hay movimientos para producir algún cambio.

Aunque los números nos digan que aún es posible el milagro de la primera plaza, el sentido común nos grita que hay que ponerse a pensar en modo play-off y en llegar a esa lotería de la final a cuatro. En cualquiera de los supuestos, incluyendo el de pelear aún por ser campeones, hay unanimidad en dudar de conseguir objetivos si no se lleva a cabo alguna corrección.

 Quince partidos hasta el final de la liga regular esperando el inicio de los play-offs pueden ser una tortura. Solamente un equipo revitalizado y que ilusione puede hacer más llevadero este tránsito. Esta junta directiva, tan sensible siempre a las opiniones vertidas en las redes sociales, parece haberse quedado ciega y sorda últimamente.