«El coche eléctrico es seguro»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

LUGO

PALACIOS

Profesores del IES Peña Novo, de Vilalba, explican cómo actuar con estos vehículos en un accidente

22 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Un coche eléctrico es más silencioso que uno de gasolina o de gasoil: solo la aceleración que se da cuando se pretende aumentar rápidamente de velocidad produce algo de ruido. Es menos contaminante: no funciona con un combustible que libere emisiones a la atmósfera. Es menos útil para viajes largos: la autonomía sin repostar se sitúa en torno a unos pocos centenares de kilómetros, muy alejada todavía de la que permiten los coches cuyos motores funcionan con gasolina o con gasoil.

¿Es más peligroso un coche eléctrico? ¿Corren más riesgos el conductor y sus acompañantes si hay un accidente? No. «El coche eléctrico es seguro», afirma Juan Dorado, profesor del ciclo medio de Electromecánica de vehículos del IES Peña Novo, de Vilalba. El centro tiene un coche eléctrico y dos híbridos con los que los alumnos se van familiarizando con esos vehículos, e incluso organiza jornadas informativas para explicar cómo se debe actuar si uno de estos coches tienen un accidente.

Hay un protocolo de actuación para los turismos de motor eléctrico, precisa Dorado. Cada uno tiene una ficha de rescate, en la que debe indicarse por dónde han de iniciar su trabajo los equipos de intervención. En un vehículo híbrido o eléctrico, recalca el docente, no se puede ir directamente a la batería para cortar ni tampoco a los cables. En la batería de uno de estos coches se manejan 400 voltios en corriente continua, y se sube a unos 600 en corriente alterna cuando el motor funciona.

Lo que debe hacerse es consultar la ficha de rescate, que puede buscarse en Internet aunque, agrega el profesor, suelen estar escritas en inglés o en alemán. A continuación de be mirarse en qué partes se diseñó la intervención para poner el coche accidentado en modo seguro, que significa que solo haya tensión en la batería y no en otros puntos del vehículo.

En algunos modelos eléctricos hay un punto del que se puede tirar para hacer dos cortes en una línea, ya definida por el fabricante. Con es línea, continúa el profesor, se logra que la alta tensión no llegue a ningún otro punto. De todos modos, sí conviene distinguir, matiza Dorado, entre riesgos eléctricos y riesgos químicos: en ese sentido recuerda que las baterías de estos coches son de litio y que resultarían peligrosas si de derramasen.

Juan López, profesor del mismo ciclo, explica que con estas baterías, pensando en su buen funcionamiento y en su correcta conservación, debe de actuarse de modo parecido a como se hace con las de los teléfonos móviles: López sugiere que no se deje caer el índice de carga por debajo del 20 % ni subirlo al máximo porque, dice, «así se alarga la vida de la batería».

El mantenimiento de un coche eléctrico, afirma López, es menor que el de otros. Recalca que algunos vehículos eléctricos tienen un sistema de refrigeración líquida: el profesor dice que cuanto mejor se mantenga la temperatura de la batería, mejor rendimiento se conseguirá. Por otro lado, la carcasa de la batería es de titanio. Con todo ello, resume López, el habitáculo «es más seguro que el de otros vehículos», aunque agrega que el riesgo cero no se da ni en estos vehículos ni en ningún otro.

Estos vehículos tienen en su interior menos elementos que otros, por lo que, explica Dorado, en una intervención tras un accidente hay menos riesgos.

La formación, fundamental para los rescates

Juan Dorado dice que la formación es fundamental. Explica que a un equipo de rescate, cuando se le informa de que acuda a un accidente con coches de este tipo implicados, debe decírsele de qué modelo se trata, ya que así sabrá cómo actuar nada más llegar. Para ayer por la tarde, en el instituto, estaba prevista una jornada técnica con asistencia de personal de las agrupaciones locales Protección Civil y de la Cruz Roja y del parque comarcal de bomberos.