El faial de Pintinidoira es el más occidental de Europa y está a 1.000 metros de altitud

María Guntín
Graduada en Periodismo por la UCM y Máster en Periodismo Avanzado Multiplataforma de La Voz de Galicia. Yo escribo desde la delegación de Lugo, pero tú puedes escribirme a maria.guntin@lavoz.es

En el interior de un bosque mixto de hayas, acebos y carballos, entre Cervantes y As Nogais está oculto el faial de Pintinidoira y As Covas. Es el más occidental de Europa y ocupa dos hectáreas y media. En ese punto, la altitud es de 1.000 metros. Está frente a Os Ancares y forma parte del Patrimonio Natural de la Montaña de Lugo. En otoño, el paisaje tiene algo de mágico y, conforme llega el invierno, se desnuda. La frondosidad de las copas de estos árboles deja que la luz se escurra entre las ramas y dibuje figuras sobre el suelo.

Un monte intacto

José Antonio Comuñas es de una aldea cercana al faial y lo conoce desde que tiene uso de razón. Tiene una empresa de construcción y trabajos forestales. «Hacemos tratamientos, podas y desbroces. Conozco bien la zona porque soy de aquí», explica. Para él, la panorámica de este bosque de la provincia de Lugo no ha cambiado demasiado en los últimos años, pero asegura que las vistas más impresionantes se producen en primavera. El alto de Pintinidoira está a 1.250 metros de altitud.

José Antonio explica que hay visitantes, aunque no muchos, a lo largo de las cuatro estaciones. Sin embargo, el problema de este faial es el mismo de otras muchas zonas de Os Ancares. Son paraísos perdidos, desatendidos y abandonados. Los accesos son pésimos y tampoco hay senderos. «Deberían acondicionarlo y sin usar asfalto porque hay que entender que no todos somos mochileros o senderistas y no todos podemos andar por el monte», explica José Antonio.

Los animales salvajes viven en el faial o transitan por la zona. Especialmente, los jabalíes, puesto que su población ha aumentado notablemente en los últimos años. Son menos frecuentes las perdices y los corzos.

Un regato de consideración atraviesa el faial, además de dos pequeños ríos, que caen de piedra a piedra por las pendientes del bosque.

Posibles rutas

Aunque el acceso al faial es complicado, sí es apto para senderistas o aventureros con algo de práctica y destreza. Se pueden hacer a pie o en bicicleta. Para llegar desde Pedrafita do Cebreiro hay que conducir en dirección a A Pintinidoira, la aldea que da nombre al faial. Entonces, una pista asfaltada acaba en Bazal. Hay que aparcar y continuar caminando algo más de dos kilómetros por una pista de tierra.

El faial está situado en la ladera del pueblo y, desde lejos, una pequeña mancha coloreada lo sitúa en el mapa. Al llegar al bosque, empiezan los árboles y, poco después, aparecen los hayas. Ahora están desnudas, pero con algunas directrices son fácilmente reconocibles. En otoño no habría la mejor duda, puesto que su tono rojizo es inconfundible. El haya crece verticalmente y sus hojas tienen forma ovalada. Las ramas crecen, habitualmente, de forma paralela al suelo. Crece despacio, pero vive muchos años. Para crecer, exige lugares sombríos y húmedos, con pendiente y orientados al norte.

El bosque mira a Os Ancares y es la excusa perfecta para continuar de visita por la zona. En verano, el faial es un lugar fresco y sombrío. Ahora, los árboles reciben desnudos al invierno.