
Más de 240 perros y gatos esperan una construcción que mejore su calidad de vida
15 nov 2019 . Actualizado a las 10:40 h.En la Protectora de Animales y Plantas de Lugo hay más de 240 perros. Otros tantos viven en casas de acogida porque el albergue está saturado y es imposible atender a más animales. En febrero de este año, el Concello y la Diputación anunciaron la creación de un nuevo hogar para animales abandonados y maltratados. Duplicaría en tamaño a la actual y mejoraría enormemente la calidad de vida de los peludos. Sin embargo y aunque el plazo de ejecución era de cinco meses, aún no han comenzado las obras. Los dos organismos garantizaron que cada perro tendrá un nuevo espacio en el que convivirá, como mucho, con otro compañero. No más de dos animales por canil, un nuevo sistema de gestión de residuos y una depuradora de agua. Esas fueron las promesas.
La Confederación no responde
Sin embargo, la Confederación Hidrográfica no realiza los últimos pasos necesarios para mejorar la vida de cientos de animales. «Los perros viven en condiciones que no son las adecuadas. Están mal, como hace un año. El agua se les congela, hay muchos y poco dinero. Este año entraron unos 600 animales», explica Alberto Losada, tesorero de la protectora. El presupuesto para la reforma es de 300.000 euros, el proyecto estaba aprobado y todo parecía estar listo. Pero un informe de la Confederación considera que hay un regato en el recinto que podría impedir que se realice la obra e incluso obligar a la Protectora de Animales y Plantas de Lugo a mudarse y eso la ahogaría. Tal y como explica Alberto, la Diputación está esperando a recibir el informe desfavorable de la Confederación para rebatirlo e intentar solucionar la situación. Llega el invierno y con él, el frío y la lluvia. Todo le pasa factura a los peludos.
«Estamos deseando que nos digan algo, pero por desgracia van a pasar dos o tres meses, y eso implica estar otro invierno así», cuenta Alberto, que también añade que directivos y voluntarios esperan que la situación se resuelva pronto por el bien de los animales.

Hoy se marcha un perro para Holanda y dos más para Inglaterra. Ya tienen el pasaporte listo. Otros no tienen tanta suerte e incluso están incautados por las autoridades y es el juzgado el que tiene que autorizar su salida. Sin embargo, en la protectora toda ayuda es poca y son muchos los animales mayores con pocas oportunidades de conseguir un hogar lejos de los caniles.
Violencia
Al entrar en la protectora, los perros empiezan a ladrar. Algunos se esconden y otros se enfrentan a las rejas de los caniles para intentar salir, buscar una caricia o simplemente un paseo lejos de la jaula. La situación es, desde siempre, desbordante. Resulta violento verlos y escucharlos. Para los más sensibles, que no se agilicen unas obras tan necesarias es violencia directa contra los animales y también contra los voluntarios que intentan día tras día mejorar la vida de cientos de animales. Sin medios, ni personal, ni facilidades, solo queda el dolor.
Más de 9.000 euros de licencia pagados hace un año para empezar la reforma
La Protectora de Animales y Plantas ya pagó el año pasado la licencia para realizar las obras. En total, más de 9.000 euros. Desde la entidad explican que «desde el Concello y la Diputación la voluntad es buena», pero los animales necesitan mejoras. «No pasan hambre, pero las condiciones pueden mejorarse mucho», explica el tesorero de la entidad. En cada canil hay cuatro o cinco perros. No hay una zona de cuarentena para atender a los animales que acaban de llegar.
Algunos han sufrido un maltrato inimaginable, «tuvimos que cortarle una pata a uno que llegó porque no le habían hecho las curas», cuenta Luis. Habitualmente, son 15 o 20 los voluntarios que se encargan de atender a los animales. En una pizarra, apuntan cuáles son los afortunados a los que les toca salir de paseo, para evitar que un animal esté más de diez días sin disfrutar de su descanso lejos de la jaula.