El dueño de una funeraria de Becerreá coordina el proceso de exhumación de Franco

LUGO

Asdrúbal Humberto Sepúlved Delgiudice, propietario de Funeraria Alba-Grupo San Juan
Asdrúbal Humberto Sepúlved Delgiudice, propietario de Funeraria Alba-Grupo San Juan SABELA

El tanatopractor Humberto Sepúlveda está en Madrid dirigiendo el operativo

23 oct 2019 . Actualizado a las 19:12 h.

El dueño de una funeraria de Becerreá es el encargado de coordinar el proceso de exhumación de los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos. El tanatopractor Asdrúbal Humberto Sepúlveda, propietario de la funeraria Alba, de Becerreá, está dirigiendo todo el operativo. El especialista se trasladó a Madrid, junto a otros cinco trabajadores de la empresa lucense. La empresa contratada por el Gobierno para dirigir el proceso de exhumación de los restos del dictador, según explicó el propio Sepúlveda, es Iber Funeraria, también regentada por este empresario y con sede en la capital de España. La exhumación de los restos de Franco tendrá lugar este jueves, cuando serán trasladados al cementerio de El Pardo-Mingorrubio.

Sepúlveda, que dirige otras empresas funerarias en la provincia lucense y también en Madrid, cuenta con gran experiencia en el sector.

La firma trasladó además a Madrid nueve vehículos fúnebres que participarán en el operativo, del que no han trascendido datos concretos, pues se lleva con la más estricta discreción por motivos de seguridad.

Enamorado de su profesión

Este tanatopractor, natural de la República Dominicana, destaca que los aspectos psicológicos son fundamentales en el desempeño de la tanatopraxia, una profesión de la que se declara enamorado. «Son momentos muy duros para los familiares, que requieren tacto y discreción. La gente agradece y valora no solo los aspectos técnicos sino también el trato que les das». Humberto Sepúlveda llegó a España hace más de 20 años y se ha adaptado perfectamente a la cultura funeraria del rural gallego en la que no encuentra mayores diferencias con la de su país natal.

«La incineración no se demanda. A la gente le gusta saber que su ser querido está ahí y que puedes llevarle flores. Parece que no pierdes a esa persona del todo». Sepúlveda es uno de los pocos tanatopractores titulados que existen en la provincia. Se formó en la Facultad de Medicina de Salamanca, donde cursó un amplio abanico de asignaturas como Acondicionamiento y conservación de cadáveres, Histología y Anatomía Patológica, Medicina Legal y Forense, Psicología y Ciencias Humanas de la Muerte, Legislación funeraria y Tanatoestética.

Funeraria Alba comercializa la tanatopraxia dentro del conjunto de servicios, con la filosofía de ofrecer «calidad, buen trato y precios ajustados», afirma.

El día a día de Humberto Sepúlveda como tanatopractor es sobre todo un arte que podría compararse con el de un maquillador. Tras inyectar un líquido conservante al cadáver, Sepúlveda comienza a arreglar estéticamente el mismo. Aunque el maletín del tanatopractor recuerda al de un esteticista, algunos productos son específicos de la funeraria y los compra a distribuidores especiales, como los conservantes, anticoagulantes o la carne artificial, que se utiliza para rellenos.