Enamorado de su profesión
Este tanatopractor, natural de la República Dominicana, destaca que los aspectos psicológicos son fundamentales en el desempeño de la tanatopraxia, una profesión de la que se declara enamorado. «Son momentos muy duros para los familiares, que requieren tacto y discreción. La gente agradece y valora no solo los aspectos técnicos sino también el trato que les das». Humberto Sepúlveda llegó a España hace más de 20 años y se ha adaptado perfectamente a la cultura funeraria del rural gallego en la que no encuentra mayores diferencias con la de su país natal.
«La incineración no se demanda. A la gente le gusta saber que su ser querido está ahí y que puedes llevarle flores. Parece que no pierdes a esa persona del todo». Sepúlveda es uno de los pocos tanatopractores titulados que existen en la provincia. Se formó en la Facultad de Medicina de Salamanca, donde cursó un amplio abanico de asignaturas como Acondicionamiento y conservación de cadáveres, Histología y Anatomía Patológica, Medicina Legal y Forense, Psicología y Ciencias Humanas de la Muerte, Legislación funeraria y Tanatoestética.