Una asociación de albergues privados denuncia el mal estado de los públicos

X. R.Penoucos LUGO .

LUGO

EUROPA PRESS

Agalber asegura que recibe muchas críticas de peregrinos sobre higiene

09 oct 2019 . Actualizado a las 12:24 h.

La Asociación de Albergues Privados de Galicia (Agalber) mostró su preocupación por las múltiples quejas que aseguran que reciben por parte de peregrinos respecto al mal estado de los albergues públicos. Aseguran que muchos de estos romeros llegan a alojamientos privados llenos de picaduras de chinches y les exponen el mal estado de los albergues controlados por la Xunta y por otras comunidades por las que transcurren las distintas rutas jacobeas. Mantienen que esta situación genera problemas a sus asociados, a los que sus clientes escriben malas críticas por un problema que les es ajeno, ya que les llega derivado de los públicos. «Aunque no es nada nuevo, nos gustaría hacer hincapié en que, a diferencia de los albergues públicos, los privados estamos sometidos a una estricta normativa en cuanto a higiene y control de plagas, que hemos de cumplir a riesgo de ser sancionados, algo que no exige ni se controla en los establecimientos públicos», aseguran desde Agalber. Esta situación aseguran que supone «un agravio comparativo» y que les genera serior problemas y les obliga a intensificar el control de plagas para paliar una mala imagen que aseguran que en ningún caso es imputable a ellos. Una de las medidas que proponen para paliar esta situación es que los establecimientos públicos deberían de someterse a las mismas medidas de control y higiene que los locales y trabajar con empresas profesionales del sector para controlar plagas.

Desde Agalber apuntan que numerosos caminantes les expresaron sus quejas por el funcionamiento en las últimas semanas de la Oficina del Peregrino cuando van a recoger las compostelas, mantienen que la falta de voluntariado que ayudaba tiene como consecuencia que el personal para atender al público resulte claramente insuficiente para dar salida a todas las peticiones que registran diariamente. Esta situación mantienen que ha provocado que algunos peregrinos regresaran a sus países de origen sin su certificado, ya que mantienen que llegado a un límite que marcan en la propia oficina no dan más. La situación dicen que ha generado cierta psicosis entre los peregrinos que salen a la ruta a altas horas de la madrugada con los peligros que mantienen que eso conlleva y creando malestar en los albergues por las horas intempestivas a las que salen. A pesar de ello, aseguran que nadie les garantiza que llegando a las 11 o 12 del mediodía vayan a tener número para obtener la Compostela. En Agalber explican que consultaron a la propia oficina y les expusieron que el problema es la falta de personal para atender la demanda. Por ese motivo solicitan que se ponga cuanto antes remedio a una situación que daña la imagen del camino, provoca malestar entre los peregrinos y es insólita en toda la historia de las peregrinaciones.